El brasileño Walter Orthmann, conocido por su longevidad laboral, ha alcanzado los 102 años y acaba de retirarse tras 86 años de trabajo ininterrumpido en la misma empresa. Su caso se ha convertido en un ejemplo mundial de dedicación y compromiso, y su nombre figura en el Récord Guinness por haber tenido la carrera profesional más larga en una sola compañía.
El inicio de una carrera excepcional en el sector textil brasileño
En 1938, cuando tenía solo 15 años, Walter Orthmann comenzó a trabajar en Industrias Renaux SA, una empresa textil ubicada en el sur de Brasil. Debido a las dificultades económicas que atravesaba su familia, Walter se vio obligado a buscar un empleo para ayudar en el hogar. A pesar de su juventud, comenzó como ayudante de envíos, un puesto modesto pero crucial para conocer los productos y la distribución de la empresa. Con el tiempo, su dedicación lo llevó a ascender y convertirse en director de ventas, posición en la que se destacó durante décadas.
Walter Orthmann siempre mantuvo un fuerte vínculo con los productos y los clientes, lo que le permitió desempeñarse de forma destacada en el área de ventas de la compañía. A lo largo de los años, Orthmann viajó por todo el mundo y fue fundamental en la expansión de la empresa. Incluso con más de 100 años, continuaba conduciendo su propio coche para asistir a su trabajo, demostrando que la pasión por lo que hace puede mantenerse intacta incluso con la edad avanzada.
Longevidad y ejercicio: claves para una vida activa y productiva
La longevidad de Walter es un ejemplo de cómo la actividad física y mental pueden contribuir a una vida más larga y saludable. Con más de un siglo de vida, Orthmann asegura que su rutina diaria de ejercicio y su constante aprendizaje le han permitido mantenerse en óptimas condiciones físicas y mentales. Según él, el secreto radica en vivir el presente, sin preocuparse por el pasado ni el futuro. Esta filosofía le ha permitido seguir comprometido con su trabajo y disfrutar de su jubilación a los 102 años.
La historia de Walter Orthmann también ha puesto de relieve la cuestión de la edad de jubilación en muchos países, especialmente en Brasil. Con una esperanza de vida que ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, la edad de jubilación se ha visto modificada en varios países, incluido Brasil, donde ahora es posible jubilarse a los 65 años si se han cotizado al menos 35 años. Sin embargo, casos como el de Orthmann reflejan que muchos trabajadores con plenas facultades desean seguir activos, lo que genera un debate sobre la adecuación de las edades de jubilación frente a las expectativas de vida actuales.
¿Es viable mantener una plantilla envejecida en las empresas?
A pesar del valor de la experiencia que aportan los trabajadores mayores, como en el caso de Orthmann, mantener plantillas envejecidas plantea retos a las empresas. El equilibrio entre la experiencia laboral de los empleados mayores y las oportunidades para los jóvenes es crucial para garantizar la competitividad y productividad de las empresas. En España, por ejemplo, las tasas de desempleo juvenil son elevadas, mientras que las personas mayores de 45 años tienen una tasa de paro considerablemente más baja, lo que resalta la importancia de renovar las plantillas sin perder la experiencia acumulada.
Walter Orthmann es un ejemplo de cómo la pasión por el trabajo y un estilo de vida saludable pueden permitir a una persona mantenerse activa profesionalmente hasta edades avanzadas. Su historia demuestra que la edad no es un impedimento para seguir contribuyendo al mundo laboral y es una fuente de inspiración para todos aquellos que buscan un propósito y dedicación en su carrera.
Si quieres conocer más casos tan sorprendentes como este, entra en nuestra sección de empleo.