Las multas por exceso de velocidad siguen siendo la gran preocupación de los conductores. Con más de 3.000 radares en funcionamiento y camino de los 4.000, la DGT incrementa cada año el control y, con ello, las sanciones y la recaudación.
En paralelo, algunos miembros de la Guardia Civil llevan tiempo denunciando que la prioridad se ha desplazado hacia poner multas, en detrimento de otras funciones en carretera. En este contexto, un ex guardia civil, Toribio, ha decidido explicar los errores más frecuentes en el uso de radares que, de probarse, pueden invalidar una sanción.
El ex guardia civil Toribio detalla irregularidades de la DGT con radares y multas
Según Toribio, una parte importante de los problemas nace en la homologación y las revisiones de los equipos. A su juicio, se siguen utilizando cinemómetros sin homologar o sin pasar las verificaciones pertinentes. Por este motivo, recomienda solicitar siempre el certificado del equipo si no acompaña a la notificación.
Otra práctica cuestionada es el manejo de los radares por personal no agente. Toribio sostiene que debería operar el equipo un agente en todo momento, especialmente en el caso de los radares móviles. Señala que muchos funcionan de forma completamente automática y remiten directamente las denuncias al centro de tratamiento de León sin intervención de un guardia.
En los expedientes tramitados en modo automático, explica que la infracción debe ir respaldada por dos imágenes: una toma general del vehículo y otra con el detalle de la matrícula, que no puede ser un simple recorte de la primera. La ausencia de alguna de estas pruebas podría ser motivo de recurso.
La ubicación de los equipos también resulta determinante. Toribio apunta que los radares fijos no pueden instalarse a menos de 1,3 metros de los quitamiedos, ya que, de lo contrario, comprometen la función de estos elementos de seguridad al actuar como barrera. En su experiencia, se han visto radares móviles fijados a los quitamiedos mediante soportes homologados, una práctica que considera discutible.
Otro supuesto problemático es la colocación de radares en pleno arcén o incluso en un carril, cuando con ello se entorpece la circulación. Este tipo de despliegues puede alimentar la impugnación de la sanción por incorrecta ubicación del dispositivo.
Cómo recurrir multas de velocidad y estrategia de pronto pago de la DGT
Ante cualquiera de estas circunstancias (falta de certificado, manejo no realizado por un agente, carencia de las dos fotografías o emplazamiento inadecuado), Toribio recomienda recurrir. Reconoce que se pierde el beneficio de la reducción por pronto pago, pero considera que justamente ese incentivo empuja a muchos conductores a abonar sanciones que podrían ser anuladas.
Dado lo anterior, su mensaje es claro: revisar con lupa cada expediente y exigir la documentación técnica del radar. En un escenario de controles en aumento y con críticas internas por la deriva sancionadora, los conductores cuentan con argumentos para defenderse cuando falten garantías básicas en la tramitación de la multa. Accede a nuestra sección de motor para conocer otras noticias relacionadas con la DGT.