El carnicero australiano Clayton Wright, cuarta generación en el oficio y dueño de dos establecimientos en Alexandria y Sídney, admite estar “desesperado”. Paga 130.000 dólares australianos al año (unos 72.300 €), destina 1.100 $ mensuales a publicidad y, aun así, no consigue fichar a un solo profesional preparado: de 140 aspirantes, todos procedentes de Bangladesh, India, Pakistán, Nigeria y Sudamérica, ninguno domina el idioma ni acredita la cualificación mínima.
La carencia de carniceros formados pone en jaque a los pequeños negocios que ofrecen sueldos competitivos
Wright no es un caso aislado. El director ejecutivo de Business NSW, Daniel Hunter, confirma que muchos empresarios repiten el anuncio “dos, tres, incluso cinco veces” sin éxito. ¿El resultado? Clientes perdidos, expansión aplazada y una sensación de desgaste económico que amenaza a las pymes, auténtico pilar de la economía del país. Hunter subraya que el último State of Skills muestra un panorama preocupante: el 77 % de las empresas tuvo problemas para reclutar; el 80 % subió salarios o mejoró condiciones; pese a ello, el 36 % pospuso planes de crecimiento. “No podemos permitir que un problema solucionable hunda negocios rentables”, advierte.
A continuación, se resumen los principales indicadores del estudio:
Indicador clave | Porcentaje de empresas afectadas |
---|---|
Cinco o más intentos de contratación para un solo puesto | 28 % |
Dificultad o imposibilidad de encontrar personal adecuado | 77 % |
Incremento salarial o mejora de condiciones para atraer talento | 80 % |
Decisión de retrasar la expansión del negocio | 36 % |
Estrategia triple propuesta por Business NSW para cubrir vacantes cualificadas y revitalizar el mercado laboral
Entonces, ¿qué se puede hacer? Hunter plantea un enfoque de tres frentes:
- Formar a más jóvenes con programas específicos en oficios como la carnicería.
- Reincorporar a profesionales sénior que aún desean trabajar.
- Facilitar la llegada de inmigrantes cualificados con dominio del inglés.
Como ves, la solución pasa tanto por mirar dentro como fuera del país. ¡Vaya situación!
El impacto directo en los consumidores y la sostenibilidad de los salarios de 72.000 euros
Si los mostradores se quedan sin expertos que despiecen y preparen la carne, el servicio se resiente y los precios podrían dispararse. Además, pagar más de 70.000 euros al año solo es viable si la productividad acompaña; de lo contrario, los márgenes del negocio se evaporan. ¿Puede aguantarlo un comercio de barrio durante mucho tiempo?
Por otro lado, la falta de relevo generacional inquieta al propio Wright: “Hemos perdido décadas de aprendices”, lamenta. De ahí que la formación y la atracción de talento cobren urgencia; de lo contrario, el círculo vicioso continuará.
Un salario alto no basta cuando falla la cualificación profesional y el idioma
El caso del carnicero australiano ilustra una paradoja cada vez más común: hay dinero y hay vacantes, pero faltan habilidades. Resolverla implica invertir en formación, reenganchar a los trabajadores con experiencia y agilizar la llegada de especialistas extranjeros preparados. Solo así, puestos como el de Wright dejarán de anunciarse en vano.