Seguro que más de una vez has oído a tu abuelo decir aquello de “¡con lo que costó salir de España… y ahora queréis volver!” Pues bien, resulta que el regreso legal (al menos en forma de pasaporte) tiene fecha de caducidad. No siempre es posible: perder el tren burocrático te puede costar tiempo y dinero. En pocas palabras: si eres descendiente de españoles y sueñas con ese librito rojo que abre puertas en media Europa, tendrás que moverte antes del 22 de octubre de 2025. Dicho esto, vamos al grano.
¿Qué es la llamada Ley de Nietos y por qué importa ahora?
La Ley de Memoria Democrática (popularmente rebautizada como Ley de Nietos) se aprobó el 21 de octubre de 2022 con un propósito muy concreto: reparar a quienes perdieron la nacionalidad española entre el 18 de julio de 1936 y el 28 de diciembre de 1978 por exilio, persecución política o, sencillamente, por casarse con un extranjero cuando no era precisamente la norma.
En la práctica, la norma permite a hijos, nietos e incluso bisnietos de aquellos españoles recuperar la ciudadanía de forma exprés. Es la vía más utilizada por latinoamericanos para “poner cara” a la Unión Europea sin visados eternos. Y sí, facilita después el pasaporte español.
¿Hasta cuándo puedo pedir la nacionalidad española?
El texto original marcaba dos años de plazo (del 22 de octubre de 2022 al 22 de octubre de 2024), pero el aluvión de solicitudes obligó al Gobierno a prorrogarlo un año adicional. Resultado: tienes hasta el 22 de octubre de 2025 a las 23:59 (hora peninsular) para presentar la documentación en el consulado que te corresponda.
Fase | Fecha de inicio | Fecha de fin |
---|---|---|
Entrada en vigor | 22/10/2022 | — |
Primer plazo previsto | 22/10/2022 | 22/10/2024 |
Prórroga definitiva | 23/10/2024 | 22/10/2025 |
Eso sí, cuanto antes pidas cita, mejor: algunos consulados acumulan retrasos de hasta 14 meses. Si planeas estudiar o trabajar con tu flamante pasaporte en la mano.
¿Quiénes tienen derecho según la Ley de Memoria Democrática?
Para que no haya líos, el BOE enumera tres perfiles claros. El primero: hijos de mujeres españolas que perdieron la nacionalidad al casarse con extranjeros antes de 1978. El segundo: hijos, nietos o bisnietos de españoles que se exiliaron entre 1936 y 1978. Y, por último, los mayores de edad cuyos padres obtuvieron la ciudadanía gracias a leyes de memoria histórica anteriores.
En todos los casos hay que demostrar el vínculo familiar con documentos oficiales y, si procede, pruebas de exilio o pérdida de nacionalidad. No vale el “me lo contaron en casa”; los papeles mandan.
¿Qué documentos necesito sin dejarme un riñón?
Toca armarse de paciencia (y algo de humor) para reunir los papeles.
- Partidas de nacimiento, matrimonio o defunción del abuelo o la abuela españoles.
- Certificados del padre o la madre (nacimiento literal, matrimonio o defunción).
- Partida de nacimiento del solicitante con Apostilla de La Haya.
- Documento de identidad vigente del solicitante.
Guarda copias y comprueba que las partidas emitidas en el extranjero estén traducidas y apostilladas. Después de todo, la burocracia no da su brazo a torcer ni en 2025.
Pasaporte español en mano: ¿qué ventajas reales obtengo?
La ciudadanía española abre la puerta a vivir, trabajar o estudiar en cualquiera de los 27 países de la Unión Europea sin visado. Además, el pasaporte permite viajes sin trámite previo a más de 190 destinos, y da acceso a sanidad pública, educación y prestaciones sociales en España.
Por si fuera poco, participar en elecciones municipales y europeas (y, tras un año de residencia, en las generales) ya no será cosa de terceros. Libertad de circulación y derechos políticos en un mismo pack: suena a ganga.
Pasos para no quedarte fuera de plazo
Primero, solicita cita en el consulado español de tu jurisdicción cuanto antes. Segundo, reúne la documentación original y sus copias legalizadas. Tercero, presenta todo antes del 22 de octubre de 2025 y conserva el justificante de entrega.
Si los papeles están en orden, en unos meses tendrás la resolución favorable; después solo queda inscribirte en el Registro Civil Consular y pedir tu DNI y pasaporte. A golpe de ofertas de vuelos, ese billete a Madrid o Barcelona ya será cuestión de comparar precios.