La referencia catastral es un código alfanumérico único que identifica de manera oficial y precisa los bienes inmuebles inscritos en el Catastro Inmobiliario en España. Este identificador, compuesto por 20 caracteres, permite localizar la finca dentro del territorio nacional y contiene información sobre la localización, características físicas, uso y superficie del inmueble. Es un dato que gestiona la Dirección general del catastro, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda.
En los últimos años, este dato se ha vuelto primordial para muchos trámites administrativos, incluyendo la declaración de la renta, ya que la Agencia Tributaria lo utiliza para comprobar los inmuebles que posee cada contribuyente y calcular ciertos rendimientos imputados por su titularidad.
¿Qué información contiene la referencia catastral?
La referencia catastral vincula a cada inmueble con su ficha catastral, que incluye datos técnicos como la superficie construida, el uso principal (vivienda, local, garaje, etc.), la ubicación exacta, el año de construcción y los titulares registrales. Este código funciona como el «DNI» de la propiedad, facilitando el cruce de datos entre distintas administraciones públicas. La referencia catastral también permite acceder a la descripción gráfica del bien inmueble, ya sea urbano o rústico, y es fundamental para conocer su valor catastral, que influye en impuestos como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles).
Hay que destacar que la información contenida en el Catastro no acredita la propiedad legal, ya que esa función corresponde al Registro de la Propiedad. Sin embargo, a efectos fiscales y administrativos, el Catastro es una herramienta clave para determinar la situación patrimonial del contribuyente. Desde 2004, es obligatorio declarar en el Catastro cualquier alteración relevante de los inmuebles, como reformas, segregaciones o cambios de uso.
¿Cómo se usa en la declaración de la renta?
Durante la campaña de la Renta, la Agencia Tributaria utiliza la referencia catastral para identificar los inmuebles que posee cada contribuyente, ya sea como vivienda habitual, segunda residencia o propiedad arrendada. En la declaración (modelo 100), se debe informar sobre estos inmuebles, y la forma más sencilla de hacerlo es introduciendo su referencia catastral. Si el inmueble es propiedad del declarante, esta referencia permite al sistema rellenar los datos relacionados con su localización, uso y porcentaje de titularidad.
Uno de los principales usos de este dato es calcular el rendimiento imputado de los inmuebles no arrendados, es decir, el valor que Hacienda considera como ingreso ficticio por poseer una segunda residencia u otros inmuebles urbanos que no generan rentas. Esta imputación se basa en el valor catastral y varía según si ha sido revisado recientemente o no. En el caso de los inmuebles alquilados, la referencia catastral ayuda a identificar el bien generador de rentas y comprobar la coherencia de los ingresos declarados.
Además, si un contribuyente ha cambiado de domicilio, ha vendido un inmueble o ha adquirido uno nuevo, debe reflejar esos cambios en la declaración y aportar la nueva referencia catastral. Este dato se puede consultar en el recibo del IBI, en las escrituras notariales, o directamente a través de la sede electrónica del Catastro. Aprende a realizar cualquier gestión administrativa desde nuestra sección de trámites.