La DGT vuelve a la carga y, esta vez, no con un spot veraniego sino con un buen puñado de señales nuevas. Seguro que tú también has notado que circular hoy no se parece en nada a hacerlo en 2003: patinetes, repartidores a la carrera y coches que se aparcan solos. Por eso, después de 22 años de silencio señalético, Tráfico ha desempolvado el catálogo y le ha metido más de 110 retoques. Entre tanta novedad destaca la S-991C, una placa con cara de emoticono cabreado que avisa de cámaras en semáforos. El invento ya se ha ganado detractores y alguna que otra confusión en redes sociales. Antes de que te pille el próximo rojo, repasamos qué es, dónde está y, sobre todo, cuánto te puede costar ignorarla.
¿Qué muestra exactamente la señal S-991C?
La S-991C es un pictograma (dibujito informativo que va en la señal) bautizado como Control de semáforo en rojo. Su misión es avisar de que, unos metros más adelante, un dispositivo vigila si te saltas la luz roja.
Desde el 1 de julio estas señales ya son oficiales y las administraciones disponen de 365 días para colocarlas. En palabras de la propia DGT, el objetivo es reflejar “los cambios sociales, tecnológicos y de movilidad” acumulados desde 2003 y, de paso, poner orden en la jungla urbana. Y ahora, llega la parte que duele: 200 euros de multa y 4 puntos menos en el carnet. Sí, 200 € que vuelan más rápido que un semáforo en verde.
No es un castigo anecdótico. España tiene 3.395 radares, y de ellos 566 son precisamente estos radares-cámara de semáforo. Ignorar la señal, por tanto, es jugar a la ruleta rusa con tu saldo de puntos.
¿Dónde han plantado estos radares-cámara?
Estos dispositivos se han multiplicado sobre todo en las grandes ciudades. Se colocan en soportes similares a los propios semáforos, normalmente a 25 metros antes de la línea de detención para que no digas que no lo viste venir.
Para muestra, un botón: en Madrid ya hay más de 35 controles instalados, y en Barcelona la cifra supera los 40. El resto de capitales no se quiere quedar atrás, así que toca acostumbrarse.
¿Cómo funciona el control de semáforo en rojo?
Cuando el semáforo pasa a ámbar (esa fase intermedia que ya no permite cruzar) o directamente a rojo, la cámara se activa. Dispara dos fotos: una con el vehículo antes de la línea y otra tras cruzar completamente el cruce.
La sanción solo prospera si ambas imágenes coinciden: una demuestra la luz en fase no permisiva (ámbar o roja) y la otra identifica la matrícula sin dudas. Así, en teoría, se evita castigar por error a quien frena a tiempo.
¿Cómo evitar la multa sin perder la paciencia?
Evitar el sablazo no requiere un máster en ingeniería vial; basta con un par de hábitos sencillos y algo de sentido común:
- Levanta el pie: si ves el ámbar, asume que vendrá el rojo y afloja, no pises el acelerador “por si acaso”.
- Observa la señal S-991C: si aparece el pictograma, ya sabes que te están vigilando; no hay excusas.
- Respeta la línea de detención: pararse antes de la línea blanca garantiza que ninguna cámara te pille a contrapié.
- Revisa tu saldo de puntos: si vas justo, aún más motivos para no tentar a la suerte.
En resumen, frenar a tiempo es más barato que financiar la próxima campaña de concienciación de la DGT con tu cartera.
¿Es legal este sistema? Lo que opinan los automovilistas
No todo el mundo aplaude el invento. Asociaciones como AEA y Dvuelta llevan años cuestionando la validez de estos dispositivos sancionadores porque, según ellos, “carecen de garantías suficientes”.
La polémica no es menor: varias sentencias han resultado favorables para los conductores que recurrieron. De ahí que, además de frenar a tiempo, convenga conservar la calma (y el resguardo) por si toca reclamar. Accede a nuestra sección de motor para no perderte ninguna novedad proveniente de la DGT.