La joven autónoma reserva 1.000 € al mes (casi la mitad de su sueldo) para evitar alargar su retiro hasta los 71 años, la edad que los estudios vaticinan si no se empieza a ahorrar pronto. Con solo 22 años, Andrea se ha tomado muy en serio su futuro: guarda mil euros mensuales, aun a costa de grandes esfuerzos, porque no quiere verse obligada a trabajar hasta los 71. ¿Se puede seguir su camino? Esa es la pregunta que se hacen muchos jóvenes mientras encadenan contratos precarios y ven cómo la jubilación se aleja cada vez más.
Cómo la precariedad laboral retrasa la jubilación y obliga a planificar las finanzas juveniles
Según los estudios citados, quienes acceden tarde y mal al mercado laboral deberán retrasar el retiro hasta los 71 años si pretenden conservar su nivel de vida. De ahí que la recomendación sea sencilla, aunque no siempre fácil de cumplir: empezar a ahorrar cuanto antes, incluso con pequeñas cantidades que crezcan con el tiempo. La ecuación es clara: más pensionistas, menos trabajadores y un mercado donde la estabilidad brilla por su ausencia. Por otro lado, la edad de incorporación al empleo no deja de subir, lo que recorta los años de cotización y empuja la jubilación hacia delante. Frente a este panorama, la planificación temprana se convierte en tabla de salvación.
Antes de seguir, conviene repasar los principales factores que alargan la edad de retiro:
- Incremento del número de pensionistas frente a cotizantes activos
- Acceso tardío al mercado laboral
- Sueldos bajos que dificultan el ahorro constante
- Inestabilidad contractual y periodos en desempleo
Como ves, no todo depende del esfuerzo individual, pero disponer de un colchón financiero ayuda —y mucho— a capear el temporal.
El ejemplo de Andrea demuestra que con disciplina se pueden guardar mil euros mensuales
Andrea ilustra hasta dónde puede llegar la combinación de constancia y circunstancias favorables: continúa viviendo con sus padres y destina casi la mitad de sus ingresos a un ahorro que califica de «esfuerzo enorme». ¡Vaya, eso sí es comprometerse con el futuro! Ahora bien, ella misma admite que su situación es excepcional y no extrapolable a todos los jóvenes.
A modo de resumen, estos son sus números:
Dato | Valor |
---|---|
Edad | 22 años |
Ahorro mensual | 1.000 € |
Porcentaje sobre su salario | ~50 % |
La tabla muestra que la clave está en la proporción: cuanto antes se empiece, menor será el importe absoluto necesario para lograr el mismo objetivo. ¿Quién no querría llegar a la jubilación con un buen colchón de seguridad? En consecuencia, aunque cada caso es distinto, la experiencia de Andrea pone sobre la mesa dos ideas: primero, que el ahorro temprano mitiga la presión de trabajar hasta edades avanzadas; segundo, que las administraciones deben fomentar políticas que faciliten a la juventud salarios dignos y estabilidad contractual.
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