Si vives en Madrid, ya te suena el concierto de martillos y vallas. Ahora viene un movimiento grande: 57 meses de obras para cambiar 210 kilómetros de tuberías “fuera de norma” en la capital. El Canal de Isabel II ha presupuestado 130 millones de euros para una renovación que busca resistir mejor el cambio climático y el aumento de población. El plan se concentra en Madrid ciudad y forma parte del Plan Red dentro de la estrategia 2025-2030. Se prevé que arranque a finales de 2025 o inicios de 2026 y se prolongue hasta 2030. En resumen: más zanjas a corto plazo para evitar sustos hidráulicos a largo.
¿Qué va a cambiar exactamente y por qué ahora?
El proyecto sustituirá conducciones “fuera de norma”, una etiqueta que el Gobierno regional no ha aclarado en detalle, por otras “de mayor resistencia”, como las de hierro aleado con grafito. El objetivo es simple y útil: minimizar la probabilidad de roturas y asegurar la continuidad del servicio y la calidad del agua. Según los datos que maneja la compañía, el Canal pierde menos del 5% del agua circulante, lo que la sitúa como la más eficaz de España en aprovechamiento, de acuerdo con el INE.
La escala es inédita: se renovará el equivalente a la distancia Madrid–Valladolid en tuberías, con obras en todos los distritos durante 57 meses. Se han priorizado las conducciones más obsoletas en la capital, en un contexto de clima más exigente y una región que ya supera los siete millones de habitantes. Sí, habrá obras; sí, serán largas; y sí, la idea es que, después, el grifo funcione sin dramas.
¿Dónde se han notado ya las roturas y qué consecuencias han tenido?
Los episodios recientes ayudan a entender la urgencia. El 3 de julio, en pleno corazón de Madrid, una avería “fortuita” dejó a decenas de casas sin agua y obligó a repartir garrafas; se resolvió a las pocas horas. Días después siguieron otras incidencias con impacto directo en tráfico y vecinos. A continuación, algunos de los incidentes citados, con fecha, lugar y efecto principal:
| Fecha | Lugar | Efecto principal |
|---|---|---|
| 3 de julio | Centro de Madrid | Garajes, sótanos y trasteros anegados; solución en horas |
| 3 de julio | Calle López de Hoyos | Inundación de bajos y garajes |
| 17 de julio | M-30 | Atasco kilométrico |
Además, en semanas precedentes se acumularon incidencias en Aluche, La Castellana y Ríos Rosas. Son eventos puntuales dentro de una red con más de 14.000 kilómetros en toda la Comunidad, pero tensan el día a día: el tráfico se complica, en las viviendas se corta el suministro sin saber cuándo volverá, y queda claro que la red necesita un repaso serio.
Cómo se pagarán las obras y qué persigue el plan 2025-2030
El Canal de Isabel II ha subido la tarifa del agua por primera vez en el último decenio, ha recibido permiso del Gobierno para endeudarse en cientos de millones y acelera la salida de su expansión americana, que dio malos resultados. Todo ello para financiar 2.000 millones de inversión en el periodo 2025-2030. Dinero hay, pero también calendario: el grueso de la obra de tuberías en Madrid se extiende durante 57 meses.
Dentro del Plan Estratégico 2025-2030, la Línea 1 se centra en garantizar el suministro en escenarios de cambio climático y crecimiento poblacional. En ese marco se encaja el Plan Red: renovar el 100% de las conducciones “fuera de norma”, reducir fallos y asegurar la calidad del agua. La documentación admite que una parte importante de esas conducciones está en Madrid ciudad, donde licencias y permisos, la protección de pavimentos, las interferencias con líneas urbanas y los bloqueos de distritos complican cualquier obra puramente urbana.
¿Cómo afectarán las obras a la movilidad hasta 2030?
Se actuará en todos los distritos y eso, por pura lógica de obra, trae afecciones a la movilidad. Y no viene sola: coincidirá con excavaciones de los túneles para el soterramiento de la A-5, el cierre del carril central junto a las torres por el Parque Castellana, la construcción de una plataforma en la M-30 a la altura de Ventas, el corte de la A-3 en su acceso a Madrid por el intercambiador de Conde de Casal y la ampliación de la línea 11 de Metro. Vamos, que habrá más conos naranjas que selfies en hora punta.
Además, la propia gestión de licencias y permisos obliga a proteger pavimentos, coordinarse con transporte urbano y asumir bloqueos parciales de distrito cuando toque abrir zanja. Habrá ruido, desvíos y algún rodeo inesperado; por tanto, el calendario largo hasta 2030 no es capricho, sino consecuencia de hacer obra pesada en calles vivas.
Qué puedes hacer si te pillan las zanjas o un corte de agua
Con las obras extendiéndose durante 57 meses y afectando a todos los distritos, conviene organizarse un poco. Los incidentes de julio muestran que, cuando una tubería falla, los garajes y trasteros pueden anegarse y el suministro puede cortarse durante horas, aunque en casos recientes se restableció con rapidez.
- Ajusta tus desplazamientos: entre las zanjas de agua y las obras simultáneas en A-5, M-30, A-3 y la ampliación de la L11 de Metro, sal con margen y contempla desvíos.
- Ten agua embotellada para unas horas: si te pilla una avería, el Canal puede repartir garrafas, pero mejor no apurar el último vaso.
- Si vives sobre bajos, garajes o trasteros, coordínate con tu comunidad: cuando haya obra cerca, revisad qué zonas son más vulnerables a una entrada de agua.
- Cuenta con que habrá trabajos en cualquier distrito: planifica mudanzas, reformas o eventos en función de ese horizonte hasta 2030.
En resumen, llega una obra larga y cara (130 millones solo para esta pata en Madrid ciudad), pensada para que las roturas sean la excepción. Habrá molestias; la promesa es que, con 210 kilómetros renovados y materiales más resistentes, el grifo vuelva a ser lo más aburrido del día, que es justo lo que se espera de un grifo. Esta y otras noticias de interés podrás encontrarlas en nuestra sección de actualidad.
