Si vives en Madrid, ya sabes lo que es esquivar obras, semáforos eternos y un patinete mal aparcado. Lo que quizá no esperabas era ver un Tesla cruzando la Puerta de Alcalá sin que nadie tocara el volante. Pues eso pasó esta semana: la marca de Elon Musk plantó un Model 3 con su sistema de conducción autónoma total por las calles de la capital. El despliegue fue tan llamativo como breve: en cuanto el Ayuntamiento olió la jugada, sacó la libreta de sanciones. La DGT, que lleva años advirtiendo que la norma va por detrás de la tecnología, también exigió explicaciones. Al final, la innovación llegó por el carril rápido y la burocracia, como siempre, se quedó atrapada en hora punta.
¿Qué ha pasado exactamente con Tesla en Madrid?
Primero, los hechos: Tesla incluyó a Madrid en su gira europea de pruebas junto a Berlín, Roma y París. Con un Model 3 de serie y el software «Conducción Autónoma Total (supervisada)», la compañía grabó un recorrido que empezaba en la Puerta de Alcalá, rodeaba la Fuente de Cibeles y bordeaba el Parque del Retiro antes de perderse por el centro. Todo muy vistoso… hasta que alguien recordó que hacía falta permiso.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, fue clarito: «Este vehículo no contaba con el permiso correspondiente, un permiso que tiene que emitir la Dirección General de Tráfico con un informe favorable del Ayuntamiento de Madrid». Dicho y hecho: el Consistorio levantó la bandera roja y Tráfico pidió explicaciones urgentes a la firma estadounidense.
¿Por qué el Ayuntamiento y la DGT le han parado los pies?
El problema no es solo de papeleo local. Para circular sin manos en Europa, Tesla debe pasar tres filtros sucesivos: normativa comunitaria, legislación nacional y, por último, regulaciones autonómicas y municipales. En el caso madrileño, esa última curva se le ha atragantado.
Según la DGT, la reglamentación europea define las condiciones mínimas; sin embargo, cada ciudad puede delimitar zonas de prueba y fijar requisitos adicionales. Madrid presume de querer ser «banco de pruebas» de la movilidad autónoma, pero esta vez la marca se saltó la ventanilla y se encontró la puerta cerrada. Ironías de la vida: un software que promete frenar a tiempo no frenó a la hora de pedir permiso.
Los pasos que Tesla debe cumplir antes de soltar sus coches en la calle
Para regularizar la situación, la marca tendrá que pisar el freno administrativo y seguir un itinerario muy preciso.
- Normativa europea: demostrar que el sistema cumple los estándares de seguridad de la UE.
- Ley española: obtener la autorización de la DGT para pruebas en vía pública.
- Regulación autonómica: coordinarse con la Comunidad de Madrid, que puede imponer condiciones extra.
- Permiso municipal: presentar un plan detallado al Ayuntamiento indicando rutas, fechas y supervisión humana.
Una vez tachados estos cuatro puntos, la compañía podrá retomar los ensayos con la tranquilidad por delante. De momento, ningún particular podrá activar la Conducción Autónoma Total en su Tesla dentro de la M-30. La marca insiste en que el sistema FSD Supervisada ya funciona en Estados Unidos, Canadá, México y China y que, en el primer trimestre de 2025, sus usuarios tuvieron «diez veces menos probabilidades» de sufrir un accidente que la media. Aquí, sin embargo, tocará esperar a que todas las administraciones estampen su sello.
¿Y si mañana te cruzas con uno de estos vehículos en pruebas? Mantén la calma, guarda distancia y recuerda que hay un operador de Tesla sentado al volante por si algo falla. Si detectas maniobras extrañas, anota matrícula, calle y hora y comunícalo a la Policía Municipal: así de sencillo. Puedes conocer otras noticias relacionadas con la DGT en nuestra sección de motor.