La operación arrancó con el montaje el 18 de junio y ahora se desmantela, fijando una factura total de 1 millón 700 mil euros entre instalación, mantenimiento y retirada. ¿Compensa el gasto para reducir el calor hasta diez grados, como se apuntó?
El Ayuntamiento defiende el proyecto y asegura que los transeúntes lo agradecieron
Desde el Consistorio madrileño trasladan su satisfacción. La delegada del Área de Gobierno de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, afirmó que están “satisfechos de cómo han funcionado los toldos” y que era algo “muy demandado por los transeúntes”. También subrayó la complejidad del proyecto por “todos los requisitos técnicos y patrimoniales” que han tenido que cumplir.
Coste total de instalación y retirada y repetición anual prevista por contrato
En números globales, la instalación, el mantenimiento y la retirada elevan el gasto a 1 millón 700 mil euros. Además, el Ayuntamiento fija 200.000 euros cada vez que se instalen y retiren los toldos durante la temporada de mayo a octubre.
Resumen económico de la intervención:
Concepto | Importe | Detalle |
---|---|---|
Instalación inicial | 1.500.000 € | Montaje iniciado el 18 de junio |
Retirada actual | 200.000 € | Desmontaje de los toldos |
Total instalación, mantenimiento y retirada | 1.700.000 € | Carga total para las arcas municipales |
Montaje y desmontaje por temporada (de mayo a octubre) | 200.000 € | Importe que se repetirá anualmente |
El contrato seguirá vigente mientras dure la legislatura del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
Críticas ciudadanas con demanda de zonas verdes y dudas sobre la utilidad
En la calle, la percepción es distinta. “Si querían dar un respiro del calor a los ciudadanos, la peor idea es esta”, afirma un vecino en la plaza. Muchos madrileños reclaman más zonas verdes, también tras la reciente remodelación, en la que insisten que no se incorporó vegetación. Otro transeúnte lo resume con dureza: “Es pésimo, que pasen un verano en la Puerta del Sol y vean si baja 10 grados la temperatura”.
En consecuencia, el choque está servido: el Ayuntamiento defiende la utilidad y el cumplimiento técnico, mientras parte del vecindario cuestiona su eficacia real en el kilómetro cero. ¿No habría sido más efectiva la sombra natural? Dicho pronto: la factura es alta y el debate, más que abierto.