Entso-e sitúa a España en un nivel de “riesgo moderado” de afrontar “situaciones cercanas a la escasez” de electricidad este invierno, tras el apagón del 28 de abril, un verano de récord térmico y una demanda que no deja de crecer.
El sistema eléctrico español encara los meses fríos con un aviso inédito: por primera vez se le incluye en la lista europea de países con posibles tensiones de suministro invernal. No se habla de apagones generalizados, pero sí de márgenes de seguridad más estrechos que en el pasado reciente.
Por qué Entso-e sitúa a España en zona de riesgo eléctrico invernal y de posibles apagones
Nunca antes los informes estacionales de Entso-e habían señalado de forma tan explícita que España podía acercarse a la escasez. El diagnóstico llega después de un año plagado de señales de alerta.
El 28 de abril se produjo un apagón con una caída repentina de 2.300 MW en una unidad nuclear que obligó a activar reservas de emergencia y reordenar de inmediato la generación. A este episodio se sumó un verano calificado como el más cálido desde 1961, con un incremento sostenido de la demanda que sorprendió incluso a los técnicos del sector.
Entre junio y septiembre, la demanda peninsular creció un 4 por ciento respecto al verano anterior, con picos del 11 por ciento en junio y del 4 por ciento en septiembre. El 2 de julio, en plena segunda ola de calor, se registró el máximo anual pese al avance del autoconsumo solar, señal de que la climatización está cambiando los patrones tradicionales de consumo.
Factores clave que incrementan el riesgo de escasez de electricidad en invierno
Entso-e identifica cuatro elementos que pueden llevar al sistema a márgenes de adecuación estrechos durante el invierno. En resumen, son los siguientes:
- Un aumento significativo de la demanda previsto para este invierno, impulsado por la creciente electrificación del consumo.
- Paradas programadas de centrales térmicas junto a averías prolongadas en ciclos combinados que reducen la disponibilidad real.
- La posible “tormenta perfecta” de baja producción renovable y alta demanda, con periodos de bajas temperaturas y nula aportación renovable como los vividos en Europa el invierno pasado.
- La erosión de las reservas hidroeléctricas tras meses de sequía, que afecta al agua, el gran “pulmón” flexible del sistema.
El apagón de abril demostró que no existe hoy una tecnología capaz de sustituir por completo a la nuclear sin un refuerzo profundo del respaldo térmico, el almacenamiento, las redes y la gestión de la demanda.
Que puede pasar si se repite una “calma oscura” en pleno invierno, con frío intenso, poco viento y solar mínima, como la que obligó a varias zonas de Europa a recurrir a todas sus reservas térmicas durante casi una semana. Estos son algunos de los datos que ilustran el estrechamiento del margen operativo del sistema:
| Aspecto clave del sistema | Dato principal aportado por el diagnóstico |
|---|---|
| Caída nuclear del 28 de abril | Reducción súbita de 2.300 MW y activación de reservas de emergencia |
| Incremento de la demanda en verano | Subida del 4 por ciento entre junio y septiembre frente al verano anterior |
| Picos mensuales de consumo | Aumentos del 11 por ciento en junio y del 4 por ciento en septiembre |
| Evolución de las reservas hidráulicas | Del 83 por ciento en junio al 56 por ciento en septiembre y en torno al 53 por ciento en octubre |
| Demanda flexible comprometida | 1.148 MW en el Servicio de Respuesta Activa a la Demanda para 2025 |
Qué medidas y retos asume el sistema eléctrico español ante este aviso
El informe europeo recuerda que, si la generación resultara insuficiente en momentos críticos, Red Eléctrica puede activar el Servicio de Respuesta Activa a la Demanda, que permite desconectar de forma puntual consumos industriales y comercializadoras inscritas. Con 1.148 MW de demanda flexible comprometidos para 2025, se trata de un mecanismo reservado a episodios excepcionales, cuya activación sería una señal inequívoca de estrés operativo.
Al mismo tiempo, la demanda avanza con fuerza por la electrificación industrial, el vehículo eléctrico, el autoconsumo y la digitalización, mientras que las redes y el almacenamiento no crecen al mismo ritmo. Las congestiones en el transporte se han multiplicado en ciertas zonas y el operador advierte de que, sin refuerzos acelerados, no será posible integrar plenamente las renovables.
Los técnicos recuerdan que la “suficiencia” no depende solo de cuánta potencia instalada haya, sino de cuánta puede operar de forma estable y predecible cuando el consumo aprieta. La pregunta es sencilla: bastará con reforzar la potencia térmica, invertir en redes, ampliar los mecanismos de gestión de demanda y proteger la hidráulica en periodos de sequía para que este “riesgo moderado” no derive en problemas mayores.
Dicho así puede sonar alarmista, pero el propio sector insiste en que España continúa entre los países más seguros de Europa en términos eléctricos. Entra en nuestra sección de actualidad para conocer las noticias más relevantes del momento.








