La incapacidad permanente es una situación nada incómoda para los trabajadores, ya que no pueden seguir realizando su trabajando por una enfermedad o accidente. Lo cierto es que es una experiencia nada gratificante y mucho menos cuando acudes al momento decisivo, la evaluación médica. El equipo de Valoración de Incapacidades (EVI), es quien, a través de preguntas y exploraciones por médicos especializados, deciden qué hacer con cada paciente.
Un dato que llama mucho la atención es que más del 90% de solicitudes de estas pensiones son rechazadas por parte de la Seguridad Social. Por tanto, serán ellos quienes tomen la última palabra para así cobrar la pensión por incapacidad permanente. Ahora bien, existen unas series de preguntas “trampa”, que según los expertos, se hacen para poner en duda a los trabajadores.
Cuál es la pregunta trampa del tribunal médico ante la solicitud de una pensión por incapacidad permanente
Como ya puedes saber, la incapacidad permanente es la prestación que la Seguridad Social otorga a aquellos que padecen de una enfermedad o accidente, y no pueden continuar en su puesto. Ahora bien, existen varios grados de incapacidad, tales como parcial, absoluta, total y gran invalidez. En este sentido, en caso de ser aceptada una de estas, el trabajador cobrará una pensión según dicho grado y la base reguladora.
Anteriormente, hemos dicho que antes de pasar a cobrar una pensión por incapacidad permanente, hay que enfrentarse al EVI. De esta manera se busca conocer si el trabajador puede o no continuar en su puesto, pese dichas limitaciones. Aquí es donde entra en juego la pregunta “trampa” y tan sencilla como: ¿Te gustaría seguir trabajando? La respuesta a esta pregunta, a simple vista inofensiva, cuenta con una gran dificultad para contestar correctamente. Según informa el abogado de este tipo de enfermedades, Ramón Escribano Garés, dicha pregunta busca medir la actitud del trabajador respecto a su enfermedad y capacidad laboral.
Cómo responder ante el EVI ante una pregunta a simple vista inofensiva
En caso de responder “Sí” me gustaría seguir trabajando, puede suponer una motivación por parte del trabajador a seguir desempeñando alguna actividad laboral. Esto reduce las opciones de que se conceda la incapacidad permanente. Si la respuesta en “No” existe la posibilidad de que el EVI lo entienda como no tener interés ni ganas, y, por tanto, también denegar la incapacidad permanente.
En este sentido, cuando se responde a esta pregunta, hay que tratar de dejar claro si las condiciones de salud que se tienen, hacen posible o no, el retomar la actividad del puesto de trabajo. Por ello, es bueno prepararse esta pregunta lo mejor posible. Un ejemplo de respuesta sería la siguiente: “Mi intención es seguir trabajando, pero claro, debido a mis limitaciones físicas de ahora, ya no puedo realizar las tareas que solía hacer, y esto me impide volver a mi puesto de trabajo de forma segura y eficaz.”
Otras de las preguntas que pueden hacer desde el tribunal, son ¿cómo has venido hoy?, o ¿te acompaña alguien?, buscando la autonomía y capacidades del trabajador. Por tanto, es crucial que todas las respuestas tengan coherencia, ya que cualquier contradicción puede ser usada en tu contra.
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