En un giro irónico de los acontecimientos, un socorrista fue despedido por realizar la acción que se supone que es su principal función: salvar una vida. Tomás López, un joven de 21 años que trabajaba en una playa de Hallandale, en el norte de Miami, se vio envuelto en una polémica laboral que es digna de estudio y que causó un shock en la población. Como es lógico, abrió un debate sobre los valores de la solidaridad y humanidad, y ante todo, por la poca protección que tienen muchos trabajadores en sus puestos de trabajo. A continuación veremos los entresijos de esta historia.
¿Qué sucedió exactamente con el socorrista despedido?
López estaba patrullando su zona asignada cuando le alertaron de que un bañista se estaba ahogando fuera de su área de vigilancia. Sin dudarlo, corrió hacia el mar para auxiliar al hombre en peligro. Gracias a su rápida intervención, pudo rescatar al bañista y proporcionarle los primeros auxilios hasta la llegada de los servicios médicos. Sin embargo, esta acción heroica tuvo consecuencias inesperadas para el joven socorrista.
La empresa para la que trabajaba López, Jeff Ellis Management, tomó la decisión de despedirlo alegando que había violado las normas de la compañía al abandonar su zona asignada. Según la empresa, esta acción ponía en riesgo a otros bañistas bajo su responsabilidad. Esta decisión indignó sobremanera a sus compañeros de trabajo y a la opinión pública, quienes consideraron que el joven fue injustamente castigado por su valentía.
La empresa se pronunció con las siguientes palabras: «Tenemos cuestiones relacionadas con el seguro y no podemos salirnos de nuestra zona asignada«, justificó Susan Ellis, de Jeff Ellis y Asociados, al diario South Florida Sun-Sentinel. Sin embargo, esta explicación no convenció a muchos, quienes argumentaron que la vida de una persona no debería estar supeditada a normas burocráticas.
Ante esta situación, varios compañeros de trabajo de López decidieron mostrar su solidaridad renunciando a sus puestos. Además, este caso generó una gran movilización en las redes sociales, donde miles de personas expresaron su apoyo al joven socorrista y criticaron la decisión de la empresa (en muchos casos con insultos, ya conocemos las redes). Este caso pone de manifiesto la importancia de reconocer y valorar la labor de los socorristas, ya que es un gremio históricamente ninguneado.
¿Qué hay que hacer para ser salvavidas?
Aunque la antigua historia del socorrista despedido nos podría quitar las ganas de acercarnos a este tipo de trabajo, este empleo tiene muchos puntos positivos. Ayudas a otras personas, está bien remunerado, y pasar el día en la playa no es un mal plan. Los cursos de socorrismo acuático y primeros auxilios se pueden cursar todos los años, ya sea a través de Cruz Roja o por empresas privadas. Es importante que sepas que la empleabilidad de esas formaciones es de las más altas.
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