Un equipo de astrónomos ha detectado un exoplaneta de tipo “supertierra” que experimenta cambios extremos de temperatura. Ubicado a 20 años de luz de la Tierra, este planeta presenta un ciclo térmico inusual que alterna entre temperaturas extremadamente altas y frías. Este comportamiento sugiere que su atmósfera podría ser más dinámica de lo esperado o que factores externos, como la radiación estelar, influyen significativamente en sus condiciones climáticas. El hallazgo es importante porque proporciona pistas sobre la diversidad de climas en planetas fuera del sistema del solar, que podrían ser habitables.
¿Qué características tiene esta supertierra?
Esta “supertierra” es un tipo de planeta que tiene una masa superior a la de la Tierra, pero menor que la de los gigantes gaseosos como Neptuno. Su tamaño y composición puede variar, pero en este caso, los investigadores han determinado que es un planeta rocoso con una atmósfera considerable.
El rasgo más llamativo de este planeta en su extrema variabilidad térmica. Durante ciertas fases de su órbita, la temperatura en su superficie puede superar ampliamente los 500 °C, mientras que en otras etapas puede descender a niveles por debajo de los -100 °C. Esta fluctuación sugiere que podría haber un fenómeno atmosférico complejo, como fuertes vientos que redistribuyen el calor, o la ausencia de una atmósfera que permita mantener temperaturas más estables.
Los científicos también han identificado que el planeta orbita alrededor de una estrella enana roja, un tipo de estrella que suele ser activa y emitir llamaradas solares. Esto podría explicar parte de la variabilidad térmica del exoplaneta, ya que la intensidad de la radiación recibida podría cambiar drásticamente en cortos períodos de tiempo.
Posibles explicaciones para su oscilación térmica
Existen varias hipótesis que pueden explicar el comportamiento climático extremo de esta supertierra. Una de ellas es la rotación sincrónica, un fenómeno en el que un lado del planeta siempre está orientado hacia su estrella, mientras que el otro permanece en oscuridad permanente. En este caso, el contraste entre el lado diurno y el nocturno podría ser el responsable de las diferencias de temperatura.
Otra posibilidad es la presencia de una atmósfera delgada o inestable. Si la atmósfera del planeta es demasiado tenue, no sería capaz de retener el calor de forma eficiente, lo que provocaría un enfriamiento rápido cuando deja de recibir luz estelar. Por otro lado, si hay fuertes vientos y circulación atmosférica, el calor podría distribuirse de manera desigual, generando períodos de temperaturas extremas en distintas regiones del planeta.
Por último, los astrónomos también consideran la influencia de su estrella anfitriona. Las enanas rojas pueden emitir llamaradas solares intensas que calientan bruscamente la superficie del planeta. Si estas erupciones son frecuentes, podrían explicar el aumento de temperatura en determinados momentos, mientras que la ausencia de actividad estelar generaría un enfriamiento drástico.
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