La Residencia Pública para Mayores Gran Residencia, ubicada en el madrileño distrito de Carabanchel, llega a julio con la plantilla “bajo mínimos”. Más de 80 puestos permanecen vacantes y se suman a una veintena de bajas por incapacidad que tampoco han sido reemplazadas. El sindicato MATS avisa de que, con las vacaciones estivales, la situación “asfixiará” al personal y comprometerá la atención de las 400 personas dependientes que viven en el centro.
Por qué la estabilización de plazas públicas no ha resuelto la escasez de personal
La raíz del problema está en el último proceso de estabilización de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS). Aunque el convenio obliga a convocar empleo público cada dos años, la Comunidad de Madrid llevaba sin hacerlo desde 2016. Cuando por fin se ofertaron 600 plazas para técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, solo se cubrieron 400. ¿La consecuencia? Gran parte de los puestos siguen en manos de interinos que encadenan contratos temporales. Para Elvira García Borrego, portavoz de MATS, las renuncias se multiplican porque las “condiciones son tan nefastas que la gente no quiere trabajar”. Jornadas de 37,5 horas, sueldos bajos y sobrecarga física empujan, según denuncia, a más bajas y más vacantes.
Principales cifras de la Gran Residencia a día de hoy
- Más de 80 plazas sin ocupar en todas las categorías
- Al menos 20 bajas por incapacidad pendientes de sustitución
- 86 vacantes totales tras los contratos finalizados en junio
- 400 camas ocupadas por mayores con alta dependencia
La lista anterior deja claro que el problema ya es estructural; de ahí que los “parches” de contratos de uno o dos meses no sirvan para aliviar la presión asistencial.
Cómo afecta la falta de técnicos y enfermeras a la calidad del cuidado diario
En el balance oficial trabajan unas 500 personas, cifra que la Comunidad utiliza para presumir de ratios. Sin embargo, esas cuentas mezclan sanitarios, administrativos, jardineros y mantenimiento. En la práctica, cada técnico atiende a un número excesivo de residentes y las enfermeras diplomadas (DUES) se reparten varios módulos simultáneos. ¿El resultado? Menos tiempo para la movilización, la higiene o el acompañamiento emocional. “Si no hay suficiente personal, se hará lo más vital, lo más importante, pero se dejarán otras cosas porque no se llega”, lamenta García. Y aquí no existen camas que cerrar: los residentes no pueden “irse a casa”.
La siguiente tabla resume los datos clave ofrecidos por el sindicato y la dirección del centro:
Concepto | Dato facilitado |
---|---|
Vacantes en plantilla | Más de 80 |
Bajas por incapacidad sin cubrir | Más de 20 |
Vacantes totales tras junio | 86 |
Camas ocupadas | 400 |
Esta fotografía evidencia una plantilla menguante frente a una demanda asistencial constante.
Qué soluciones urgentes reclama el sindicato para evitar un agosto crítico en la residencia
El sindicato MATS ha remitido una carta a la AMAS y a la propia dirección del centro. Pide contratos estables, salarios competitivos y reposo efectivo entre turnos. “Tendrían que hacer los puestos más atractivos para que la gente quiera venir a trabajar”, insiste la portavoz. Además, reclaman activar de inmediato bolsas de empleo actualizadas, ya que las existentes datan de 2017 y están “agotadas”. ¿Llegará la respuesta antes de agosto? De momento, la gerencia afirma que ha solicitado nuevos refuerzos, pero admite que “no hay candidatos” dispuestos a asumir horarios tan exigentes.
Mientras tanto, el personal teme un verano de doble turno y descansos mínimos. “Trabajamos de lunes a domingo, pero el sueldo es bajo”, recuerdan desde la plantilla. Si no se actúa pronto, advierten, la sobrecarga seguirá alimentando la espiral de bajas y vacantes que ahoga la Gran Residencia.