La Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que el uso del móvil en gasolineras no es inocuo. Más allá del pago, manejar el teléfono cuando el vehículo está junto al surtidor está prohibido por norma y puede salir caro. La normativa lo cataloga como una conducta peligrosa por el riesgo de chispas en áreas inflamables y fija una multa que puede alcanzar los 200 euros.
Qué dice el Reglamento General de Circulación y la DGT sobre usar el móvil al repostar en gasolineras
El artículo 115 del Reglamento General de Circulación es claro respecto al repostaje y al empleo de dispositivos electrónicos. De forma literal establece: “Para cargar combustible en el depósito de un vehículo, este debe hallarse con el motor parado. Los propietarios de aparatos distribuidores de combustibles o empleados de estos últimos no podrán facilitar los combustibles para su carga si no está parado el motor y apagadas las luces de los vehículos, los sistemas eléctricos como la radio y los dispositivos emisores de radiación electromagnética como los teléfonos móviles”.
En este sentido, la utilización del móvil durante el repostaje se considera una infracción de gravedad. Por este motivo, la sanción puede alcanzar los 200 euros, una cantidad que muchos conductores desconocen pese a estar expresamente indicada en la normativa. Dado lo anterior, la recomendación es sencilla: nada de teléfonos mientras el vehículo esté en el área de suministro. La limitación no se refiere al pago, sino a la manipulación del dispositivo junto al surtidor.
Más allá de la norma, los riesgos se han puesto a prueba en un estudio del Instituto of Advanced Motorists, una organización inglesa dedicada a la seguridad vial. En un simulador, se evaluó la conducción de jóvenes con y sin uso del móvil, evidenciando las consecuencias del smartphone al volante. Cuando no se utiliza el teléfono, la atención se desvía alrededor del 10% del tiempo. Sin embargo, al usarlo, la distracción se eleva entre el 40% y el 60%. Además, el tiempo de reacción aumenta un 38%, un incremento particularmente peligroso ante cualquier incidencia inesperada en la vía.
¿Cómo evitar multas y riesgos en áreas de servicio?
Los peatones tampoco quedan fuera del problema. El uso del smartphone en la vía pública favorece desplazamientos más lentos, despistes al cruzar e ignorar señales, otros peatones o vehículos. Son comportamientos habituales que, sumados, incrementan el riesgo en entornos compartidos. Por todo ello, la conclusión es clara: el móvil es incompatible con la atención que exige repostar y conducir. Repostar requiere motor parado, luces y sistemas eléctricos apagados y, en particular, no usar dispositivos emisores de radiación electromagnética como el teléfono.
Para no exponerse a sanciones y mejorar la seguridad, conviene un uso moderado y con sentido del móvil. Si se está junto al surtidor, mejor guardarlo. La DGT es tajante: en gasolinera, el teléfono no. Conoce otras irregularidades accediendo a nuestra sección de motor.