La visera parasol es un elemento pensado para minimizar los deslumbramientos, especialmente al amanecer y al atardecer. Sin embargo, el espejo incorporado ha generado controversia: las autoridades de tráfico pueden sancionar su uso indebido durante la conducción. Según datos de la DGT, el 5% de los accidentes está causado por esta circunstancia. A pesar de ser una medida que cuesta asimilar, no queda otra que aceptarla.
Por qué no puede usarse la visera parasol con espejo
La visera, que se despliega desde el techo junto al parabrisas, viene de serie y aporta confort a los ocupantes de las plazas delanteras. Suele incluir un espejo en su parte interior. Ahí nace el problema: el mismo accesorio que ayuda a ver mejor el trazado puede convertirse en un foco de distracciones. El uso inadecuado del espejo mientras se circula (por ejemplo, recrearse en él con el vehículo en movimiento) o realizar acciones como maquillarse, incluso con el semáforo en rojo, puede derivar en sanción. No es una cuestión menor: cualquier distracción reduce la atención y compromete la seguridad en la vía.
Las autoridades de tráfico contemplan multas por estas conductas durante la conducción, que pueden alcanzar los 200 euros y la retirada de dos puntos del carné. Además, se trata de acciones muy cotidianas que pueden ser objeto de multa también para el copiloto, no solo para quien está al volante. Por este motivo, la recomendación es clara: si se necesita usar el espejo o realizar cualquier acción que aparte la mirada de la carretera, lo prudente es detenerse previamente en un lugar seguro. La prioridad es mantener la visibilidad y evitar situaciones de riesgo innecesarias.
Impacto en seguridad vial y recomendaciones para evitar multas y puntos
El enfoque es preventivo: la seguridad vial y la visibilidad están por encima de cualquier comodidad. Según la DGT, el 5% de los siniestros está relacionado con deslumbramientos, lo que refuerza la función principal de la visera: mitigar el sol, no propiciar distracciones.
Dado lo anterior, conviene recordar que hay otros hábitos prohibidos mientras se circula, como manipular un navegador en marcha o comer dentro del vehículo. En este sentido, detenerse antes de realizar estas acciones evita posibles sanciones y, sobre todo, reduce el riesgo de accidente tanto para el conductor como para el resto de ocupantes. El mensaje es simple: usar la visera para lo que es y, si hace falta, parar. La multa (hasta 200 euros y dos puntos) no compensa el peligro.
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