Llegas al coche un día de verano cualquiera, lo abres y el aire que sale te da la misma bienvenida que el interior de un horno. La escena se repite cada verano: salpicadero achicharrado, volante que quema y un sofoco que solo calma el aire acondicionado. Por lógica, colocas un parasol para no derretirte al volver, pero, sorpresa, una mala elección puede costarte 200 euros. La Dirección General de Tráfico (DGT) lo ha dejado clarito: el accesorio que te salva del calor puede convertirse en sanción si no lo retiras antes de arrancar. Quizá pienses que todos los modelos sirven, pero la normativa levanta la ceja ante los fijos, los adhesivos y los enrollables que se quedan perpetuamente pegados al cristal. ¿Te lo puedes permitir?
¿Qué parasoles te pueden costar 200 euros?
La infracción no está en proteger el salpicadero mientras el coche descansa, sino en circular con el parabrisas tapado. Si el parasol se queda fijo, la DGT entiende que entorpece tu campo visual y, por tanto, aplica la multa de 200 euros sin descuento por calor que valga.
- Enrollables sujetos al marco que se despliegan lateralmente y no se quitan por completo.
- Modelos adhesivos que permanecen pegados al parabrisas durante la marcha.
- Parasoles tipo estor que se enrollan hacia arriba y ocultan parte del cristal.
Esto quiere decir que solo los parasoles tradicionales (los de espuma o aluminio que se colocan y retiran a mano) pasan el examen sin problemas. Cualquier otro que quede instalado al conducir incumple la norma y, por consiguiente, vacía tu cartera más rápido que el depósito de la gasolina.
¿Por qué el artículo 19 exige un parabrisas despejado?
El Reglamento General de Circulación señala en su artículo 19 que los cristales deben ofrecer visibilidad “total y sin obstáculos” al conductor; la pegatina de la ITV se lleva la única excepción oficial. De ahí que un parasol fijo, por pequeño que sea, se considere un riesgo al restar campo visual y ocultar posibles peligros de la vía.
Por otro lado, la DGT recuerda que, con olas de calor que rozan los 40 grados, el plástico interior libera sustancias como el benceno; no obstante, la seguridad manda. En consecuencia, el remedio contra el calor no puede comprometer la visión: mejor sudar un minuto mientras guardas el parasol que pagar 200 euros y seguir pasando calor.
Cómo evitar la sanción y vencer al calor sin gastar un euro de más
En primer lugar, apuesta por parasoles manuales y guardarlos antes de girar la llave. Además, aparca a la sombra cuando sea posible, deja un par de dedos de ventanilla abiertos y ventila el coche antes de encender el aire acondicionado: el habitáculo se refresca sin que el consumo se dispare.
Posteriormente, revisa otros accesorios que puedan caerte en gracia (cortinillas, vinilos o ambientadores XXL) porque, si reducen la visibilidad frontal, también suponen infracción. Por consiguiente, la norma es sencilla: parabrisas limpio, dos retrovisores exteriores en buen estado y, si hace falta, paciencia hasta que el coche se temple. Así evitarás que la multa por parasol transforme tu verano en una barbacoa económica.