Lavarse los dientes tres veces al día es un rollo… salvo que conviertas la pasta en postre. ¿Te suena la fresquita fresa de Licor del Polo Junior? Ahora imagina ese sabor en un cucurucho bien frío, justo cuando el verano aprieta. KFC, gurú del pollo crujiente, ha decidido cumplir el sueño infantil de más de uno y ponerle cucharilla a la rutina dental. El resultado es un helado que huele a nostalgia y sabe a travesura consentida. Todo llega a los mostradores el 17 de junio y promete volar más rápido que un cubo de alitas en hora punta.
¿Por qué KFC y Licor del Polo se han lanzado a esta aventura?
En el mundo de la comida rápida, innovar es casi tan obligatorio como lavarse los dientes antes de dormir. Licor del Polo lleva décadas colándose en los baños españoles con su dentífrico sabor fresa, así que KFC ha visto una mina de oro (o de fresón) en esa memoria colectiva. Por lo tanto, la unión era cuestión de tiempo: combinar un clásico de la higiene infantil con el postre estrella del verano. De ahí que ambas marcas presenten el primer helado inspirado en una pasta de dientes, 100 % comestible y 0 % reprimenda de dentista.
La base es una nata bien cremosa mezclada con sirope que clava la dulzura y la frescura de Licor del Polo Junior. Posteriormente, un topping de pequeñas muelas azucaradas añade crujido y un toque gamberro, porque reírse de la odontología también refresca. En consecuencia, el bocado resulta familiar, pero sorprendente: primero notas la fresa mentolada que te teletransporta al lavabo de tu infancia y, acto seguido, el frescor se vuelve goloso, perfecto para combatir la canícula sin perder la sonrisa.
Formatos, precios y disponibilidad exacta
Desde el 17 de junio de 2025, el helado se servirá en todos los restaurantes KFC de España “hasta fin de existencias” (aviso a impacientes). El precio arranca en 2,99 €: una cifra que, por suerte, no hará temblar la hucha del cerdito. Podrás elegir entre cubo helado, batido o sundae, así que no hay excusa para no lanzarse. Eso sí, la edición es limitada; cuando se acabe, volverás a la vida real con tu cepillo y tu vasito de enjuague.
Antes de que las existencias desaparezcan, conviene tener un plan claro:
- Comprueba el horario, no vaya a ser que llegues a la hora de la siesta y te quedes sin postre.
- Decide formato (cubo, batido o sundae) mientras esperas en la cola; agilizarás la compra y esquivarás miradas de impaciencia.
- Lleva suelto o tarjeta listos: los 2,99 € no admiten regateo, pero tampoco romperán tu presupuesto de verano.
Planear estos pasos con antelación te ahorrará disgustos y te garantizará una cucharada de nostalgia bien fría.
¿Merece la pena probarlo?
Si eres de los que alguna vez fantaseó con zamparse la pasta de dientes, esta es tu venganza culinaria. Además, convertir la higiene bucal en capricho helado es una anécdota que da para conversación en la sobremesa. Por otro lado, recuerda que se trata de una edición que durará lo que duren las existencias. Así que, si te puede la curiosidad (o la gula), no lo dejes para mañana: tu paladar infantil interior te lo agradecerá.