El despido por bajo rendimiento es una medida que las empresas pueden tomar cuando un empleado no cumple con los objetivos y estándares de desempeño establecidos. Sin embargo, esta decisión no puede tomarse a la ligera y debe cumplir con una serie de requisitos legales para ser considerada válida. Seguramente sea el tipo de fin de una relación laboral más extendida en nuestro país. En este artículo, analizaremos los aspectos clave que rodean al despido por bajo rendimiento, tanto desde la perspectiva del trabajador como del empresario.
¿Qué es el despido por bajo rendimiento?
El despido por bajo rendimiento se produce cuando un trabajador, de forma continuada y voluntaria, no alcanza los objetivos y metas que se le han asignado. Esta disminución en el rendimiento debe ser objetiva y demostrable. No podrá ser consecuencia de causas ajenas al trabajador, como falta de formación o recursos. Es importante destacar que el bajo rendimiento no es un concepto abstracto, sino que debe estar respaldado por indicadores de desempeño específicos y medibles. Para que un despido por bajo rendimiento sea considerado válido, la empresa debe cumplir con una serie de requisitos legales:
- La empresa debe haber establecido de forma clara y concisa los objetivos que se esperan del trabajador, así como los indicadores que se utilizarán para medir su rendimiento. Estos objetivos deben ser realistas y alcanzables.
- La empresa debe comunicar al trabajador de forma clara y por escrito los objetivos que se le han asignado, así como los criterios de evaluación que se utilizarán para medir su desempeño.
- El trabajador debe tener la oportunidad de mejorar su rendimiento. Esto implica que la empresa debe proporcionarle la formación y los recursos necesarios para alcanzar los objetivos establecidos.
- Deben documentar de forma detallada el bajo rendimiento del trabajador, incluyendo fechas, hechos concretos y pruebas.
- En algunos casos, puede ser necesario iniciar un procedimiento disciplinario antes de proceder al despido. Este procedimiento debe cumplir con los requisitos legales establecidos.
Hemos hablado de rendimiento puro y duro, pero existen otros motivos por los que pueden despedirte, catalogándolos como bajo rendimiento, por los cuales no tendremos opción ninguna a réplica:
- Faltas de asistencia repetidas e injustificadas.
- Desobediencia, ofensas verbales y falta de disciplina.
- Abusos de la confianza en el desempeño de las tareas.
- Embriaguez habitual o toxicomanía que afectan negativamente al trabajo.
- Acoso a compañeros por motivos raciales, sexuales, religiosos o discapacidad.
¿Cómo deben comunicarte el fin de una relación laboral para que no sea nulo?
Para contestar esta cuestión, nos basaremos en el artículo 5 del Estatuto de los Trabajadores. El trabajador afectado tiene que recibir el aviso de despido por baja productividad por escrito. Además, debe reflejar la fecha de efecto y precisar los hechos que han motivado el despido. Tendrá que presentarse el escrito en los 60 días siguientes a la fecha en que la empresa tuvo conocimiento del comportamiento indisciplinado del trabajador, así lo dictamina el artículo 60.2 del Estatuto. Si el despido se formula con una carta de despido genérica, se puede considerar improcedente.
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