Carlos María Cortazo y Prieto de Orche, nacido en Madrid el 1 de agosto de 1850, es un madrileño ilustre de la sanidad española, aunque su nombre no sea ampliamente reconocido. Médico, investigador y político, Cortezo desempeñó un papel fundamental en la modernización de la sanidad pública en España. Su dedicación a la higiene pública y su compromiso con la mejora de las condiciones sanitarias del país dejaron un legado perdurable que aún hoy influye en la medicina actual. Continúa con el artículo, para conocer un poco más sobre su historia.
¿Por qué es tan importante para la sanidad este madrileño de cuna?
Desde joven, Cortezo mostró una inclinación hacia la medicina. Estudió en el Real Colegio de San Carlos de Madrid, donde se licenció en Medicina entre 1866 y 1870. Su sed de conocimiento lo llevó a ampliar su formación en París en 1870, manteniéndose siempre al día con los avances científicos europeos. A los 20 años, fue nombrado médico decano del Hospital de La Princesa, uno de los primeros hospitales modernos de España que contaba con laboratorios de análisis clínicos e histopatológicos.
En 1878, fundó la Sociedad Española de Higiene, demostrando su compromiso con la salud pública. Su interés por la higiene y la prevención de enfermedades lo llevó a participar en numerosas reuniones internacionales, donde compartió y adquirió conocimientos sobre las mejores prácticas sanitarias. Su enfoque en la higiene pública fue pionera en una época en la que las enfermedades infecciosas eran una amenaza constante para la población.
Cortezo ocupó el cargo de Director General de Sanidad en dos ocasiones: en 1899 y entre 1902 y 1904. Durante su gestión, tuvo que hacer frente a la amenaza de la peste procedente de Oporto y un brote de tifus en Madrid. Implementó medidas decisivas, como la vacunación antivariólica obligatoria y la desinfección en casos de enfermedades infecciosas, sentando las bases de la sanidad moderna en España. Además, creó el Instituto de Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología, designando a Santiago Ramón y Cajal como su director, lo que impulsó la investigación bacteriológica en el país.
¿Hasta dónde llegó su influencia para acabar teniendo una calle en Madrid a su nombre?
Su influencia se extendió al ámbito político. Fue ministro de Instrucción Pública en 1905 bajo la presidencia de Fernández Villaverde, y senador por Orense entre 1905 y 1907. En 1912, fue nombrado consejero de Estado y, posteriormente, miembro de la Asamblea Nacional Constitutiva durante la dictadura de Primo de Rivera entre 1927 y 1930. Su participación en la vida política le permitió promover reformas sanitarias y educativas que beneficiaron a la sociedad española. Sin duda, un madrileño que no solo dejó huella en la sanidad.
Además de su labor administrativa y política, Cortezo fue un prolífico escritor. Publicó numerosos artículos en revistas científicas y libros sobre patología y clínica. Si accedes a nuestra sección de actualidad, podrás conocer más historias de personajes ilustres de nuestra tierra.