Madrid, 40 °C a la sombra y la toalla esperando en la mochila. ¿Te resulta familiar esa carrera contra el reloj para pillar un hueco en la piscina antes de que se llene como el metro en hora punta? Tres veranos después de bajar la persiana, las instalaciones del Centro Deportivo Municipal Vicente del Bosque, en el Barrio de la Paz, vuelven a estar en cartel. Y no, no es un espejismo provocado por la canícula: las vallas han desaparecido y el agua está lista para el chapuzón. Quien llevaba meses refrescándose solo con el ventilador puede, por fin, cambiar ruido por cloro. Incluso los más escépticos han tenido que admitir que, esta vez, la espera ha terminado de verdad.
¿Por qué han tenido los vecinos que esperar tres años?
La obra no ha sido un simple cambio de baldosas: hablamos de una reforma integral que mantuvo la piscina cerrada durante tres años completos. El objetivo era modernizar el recinto y cumplir con los requisitos técnicos actuales; de ahí los retrasos que traían de cabeza a los residentes. En plena ola de calor, desplazarse a otra zona de la capital resultaba tan apetecible como rellenar un formulario de 20 páginas en pleno agosto. Antes de estrenar bañador, echa un vistazo rápido a los cambios clave:
- Dos vasos olímpicos: más carriles para nadar sin pelear codo con codo.
- Inauguración oficial el 1 de julio: desde ese día, puertas abiertas de par en par.
- Pago anticipado vía Bizum: adiós al efectivo y a las colas interminables en taquilla.
- Talleres gratuitos de reanimación cardiopulmonar (RCP) y otras actividades para quienes quieran algo más que tomar el sol.
Ahora sí, el recinto no solo luce nuevo; también presume de servicios pensados para la comodidad del usuario que, como tú, no quiere complicarse la vida. La buena noticia es que Bizum se convierte en tu mejor aliado: basta con abrir la app del banco, seleccionar la instalación y pagar la entrada antes de llegar. Así evitas la típica discusión de “¿quién llevaba la cartera?”, mientras el sol te asa. Además, el personal recuerda que el cupo sigue siendo limitado; conviene reservar a primera hora para no quedarte fuera cuando el termómetro marque esos famosos 40 °C madrileños.
Consejos para disfrutar de la reapertura al máximo
En primer lugar, revisa los horarios diarios publicados en la web municipal para cuadrar tu visita con las franjas de menor afluencia. No olvides llevar protección solar de alto factor (la crema sigue sin estar subvencionada, por desgracia) y una botella reutilizable para hidratarte sin gastar de más. Si te interesa aprender RCP, pregunta en la entrada: los talleres son gratuitos pero las plazas vuelan, igual que las hamacas a media mañana. Por último, recuerda que, aunque el agua esté recién estrenada, la normativa prohíbe saltos desde el bordillo, así que deja las zambullidas olímpicas para los profesionales. “La gente de la zona se emocionaba al ver acabar las obras; por fin pueden venir a disfrutar de esta piscina”, explica una trabajadora del recinto.
Después de 1.095 días de espera (sí, los hemos contado), el chapuzón ya no es un sueño: es una realidad a solo unos pasos de casa. Agarra la toalla, mete el móvil en una bolsa hermética y disfruta; tu vecino ya lo está haciendo.