En una intervención pública que ha generado gran revuelo, Scott Galloway, profesor de la Universidad de Nueva York, sugiere eliminar las pensiones para entre un 10% y un 30% de las personas mayores. Según el académico, ese segmento estaría compuesto por quienes conforman la generación más acaudalada de la historia, por lo que no necesitarían seguir recibiendo estas prestaciones. La medida, tal y como él la describe, busca aliviar la presión que recae sobre trabajadores más jóvenes, quienes se enfrentan a mayores dificultades económicas y contribuyen con sus impuestos al sostenimiento de la Seguridad Social.
La propuesta ha levantado polvareda dentro y fuera de Estados Unidos. Muchas voces sostienen que despojar de la prestación a los pensionistas de mayores ingresos supondría un ahorro para el sistema, pero también podría abrir la puerta a un modelo de pensiones menos universal. ¿Te imaginas las repercusiones que esto tendría en la política fiscal y en la organización de la Seguridad Social? La afirmación de Galloway se basa en datos de la Reserva Federal, que indican que el 10% más acaudalado de la población estadounidense posee un patrimonio medio de 7,8 millones de dólares. Para este grupo, explica, dejar de percibir la pensión mensual no alteraría significativamente su nivel de vida.
Cómo afecta este posible escenario al mercado laboral y a las nuevas generaciones de trabajadores
Entre los motivos que el profesor universitario expone, destaca la transferencia de miles de millones de dólares desde quienes trabajan y cotizan hacia jubilados con altos patrimonios. Para Galloway, esto genera un desequilibrio que perjudica sobre todo a quienes empiezan su vida laboral y se enfrentan a salarios inestables, mayor endeudamiento y un coste de la vivienda al alza.
¿Se vería afectada la contratación? Algunos expertos creen que, de aprobarse una medida de este tipo, podrían reducirse parte de las cargas fiscales sobre el empleo joven. Sin embargo, otros advierten del peligro de romper el principio de solidaridad intergeneracional que ha sostenido el sistema de pensiones durante décadas.
Detalles sobre la capacidad económica de la generación baby boomer y su peso en el sistema
A menudo, se habla del poder adquisitivo de los baby boomers como una característica excepcional. De ahí que Galloway los catalogue como “la generación más rica de la historia”. Para ilustrarlo, esta tabla muestra una comparativa de patrimonio medio y tasa de propiedad de vivienda entre diferentes franjas de edad en Estados Unidos:
Rango de edad | Patrimonio medio (en dólares) | Tasa de propiedad de vivienda (%) |
---|---|---|
25 – 40 años | 68.000 | 44 |
41 – 56 años (Boomers) | 1,2 millones | 73 |
Más de 57 años | 1,4 millones | 78 |
Como se observa, los mayores disfrutan de un porcentaje de propiedad inmobiliaria notablemente superior, lo que refuerza el argumento de quienes defienden el recorte de pensiones para los más adinerados. No obstante, la generalización suele ser compleja, ya que no todos los boomers disponen de los mismos recursos.
Las controversias en torno al techo de las cotizaciones y sus efectos redistributivos
Además del debate sobre eliminar las prestaciones a los mayores más acomodados, Galloway apunta al techo de cotización como un factor que agrava la desigualdad. En Estados Unidos, a partir de ciertos ingresos (176.100 dólares en 2025), no se contribuye a la Seguridad Social. De este modo, un directivo con un sueldo millonario puede aportar lo mismo que un profesional de clase media.
Para tratar de solventarlo, se ha planteado eliminar ese límite a partir de 400.000 dólares. Aun así, expertos señalan que esta medida retrasaría la falta de fondos solo durante un par de décadas. En consecuencia, la polémica sobre quién debe sostener el sistema y en qué proporción sigue sin resolverse. La idea de retirar las pensiones a un tercio de los mayores abre un abanico de preguntas: ¿debe primar la universalidad o hay que ajustar el sistema a la capacidad económica de cada jubilado? Galloway sostiene que, para muchas familias jóvenes, la contribución al sostenimiento de quienes podrían vivir sin esa prestación es excesiva.
No obstante, el posible impacto social y la pérdida del carácter solidario generan un enorme interrogante. ¿Será viable implantar una medida tan drástica o seguirá siendo el debate generacional un callejón sin salida? Síguenos a diario para conocer otras interesantes noticias de actualidad.