¿Recuerdas aquel cosquilleo en los dedos cuando te plantabas ante una recreativa y echabas la moneda de cinco duros? Nunca se olvida. Ahora imagina sentirlo sin salir de Madrid capital, sin excursiones maratonianas a la periferia. Pues bien, esa fantasía ya es realidad: El Templo del Arcade ha hecho las maletas y se ha instalado en Vallecas. Más máquinas, más metros y, sobre todo, un acceso que no da pereza ni en domingo. Te contamos todos los detalles para que vuelvas a salvar princesas, galaxias o marcadores, pero sin complicarte la vida.
¿Por qué El Templo del Arcade cambia de sede?
Durante años, la sede de Griñón era un paraíso retro… con trampa: estaba en plena frontera provincial y llegar sin coche era casi una misión secundaria de «nivel imposible». El traslado a un local mayor (y mejor distribuido) responde a una necesidad básica: alojar una colección creciente de máquinas recreativas, pinballs y consolas que no deja de engordar. De hecho, el equipo llevó a cabo una mudanza monumental para que cada mueble pueda exhibirse, jugarse y, por supuesto, mantenerse en perfecto estado.
El nuevo cuartel general de El Templo del Arcade se encuentra en la calle Camino de las Hormigueras 124, Portal 4, Planta 3J, en pleno distrito de Vallecas (Madrid). Sí, lo has leído bien: dentro de la capital, sin rodeos ni peajes mentales. Gracias a esa ubicación urbana, llegar resulta tan sencillo como encadenar metro, bus o la clásica ruta en coche con GPS: aparcas, subes al tercer piso y listo. El objetivo era que nadie se quedara sin “partida” por culpa del trayecto, y parece que lo han clavao. Para que te organices sin dramas, la asociación abre solo en fin de semana, concentrando el vicio en franjas muy claras.
- Sábados: de 11:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:00
- Domingos: de 11:00 a 15:00
- Precio por sesión: 15 euros (adultos) y 10 euros (niños)
- Cuota de socio mensual: 30 euros (adultos) y 25 euros (niños)
Con esas cifras encima de la mesa, la cuenta sale sola: por el precio de un menú “deluxe” en el centro tienes cuatro horas de joystick sin fin. Y, seamos sinceros, tampoco está tan mal invertir 15 euros en derrotar al jefe final que se te atragantó en 1993.
¿Merece la pena hacerse socio?
La opción de socio no es un simple carné para fardar; los 30 euros mensuales de un adulto se destinan íntegramente a la restauración y preservación de las máquinas. Eso significa que cada botón que funcione y cada CRT sin parpadeos lleva tu nombre, aunque no figure en los créditos.
Además, Montes y compañía recuerdan que la asociación es sin ánimo de lucro: todo se reinvierte en repuestos, lija, pintura y, claro, en dejar cada recreativa tan reluciente como el primer día de sala.
Si planeas ir en sábado, madruga y pilla el turno de 11:00 a 15:00; la afluencia es menor y tendrás vía libre para encadenar partidas como si no hubiera mañana. Por otro lado, aprovecha el parón entre sesiones para comentar batallitas con los socios fundadores: saben de placa, chasis y joystick más que muchos técnicos oficiales. Y, aunque parezca obvio, lleva calzado cómodo y algo de suelto: la entrada la pagas una sola vez, pero seguro que no te resistes a comprar algún souvenir retro en las estanterías de la tercera planta. Esta y otras muchas noticias de interés podrás leerlas en nuestra sección de actualidad.