La pared con gotelé es ese recordatorio diario de que tu casa pasó por los años 90 y todavía no se ha enterado de que ya estamos en 2025. Cada mañana lo ves y piensas: “¿De verdad voy a llamar a un pintor y pagar un dineral para quitar estos grumos?” Tranquilo: no hace falta hipotecar el alma ni vivir rodeado de polvo durante semanas. Con un poco de maña, algo de paciencia y las herramientas adecuadas, puedes alisar los muros tú mismo y presumir de paredes lisas. Aquí te explicamos, paso a paso (y con algún truco que pocos conocen), cómo despedirte del gotelé de una vez por todas.
¿Por qué sigue apareciendo el gotelé en tantas casas y cómo reconocerlo?
Primero conviene entender al enemigo. El gotelé era la solución barata y rápida para ocultar desperfectos: una pintura al temple más espesa de lo normal que se aplicaba a golpes de brocha para formar gotas y dejar una textura granulada. Durante décadas fue el atuendo favorito de las promociones de vivienda porque tapaba grietas y exigía poca mano de obra especializada.
Hoy el panorama ha cambiado. El pladur y los acabados lisos dominan las reformas, y el gotelé se ha convertido en un vestigio que resta luz y hace más difícil limpiar la pared. Aun así, millones de pisos en España lo conservan porque retirarlo parecía “misión imposible” sin contratar profesionales… hasta ahora.
¿Qué necesitas antes de empezar a rascar gotelé?
Eliminar gotelé genera polvo y salpicaduras, así que lo primero es proteger el entorno y tu salud. Retira muebles o cúbrelos bien, desconecta los enchufes y sella ventanas y puertas con cinta de carrocero. Además, equípate con mascarilla, gafas y guantes: tus pulmones y tus ojos te lo agradecerán. Una vez todo esté a salvo, reúne el kit básico para ponerte manos a la obra:
- Pulverizador con agua, espátula resistente, lijadora o papel de lija grueso, mascarilla FFP2, gafas protectoras, guantes, pasta niveladora y fondo fijador.
Con esto tendrás lo necesario para afrontar cualquier tipo de gotelé, ya sea al temple o acrílico.
¿Cómo quitar el gotelé paso a paso?
Empieza averiguando si tu gotelé es de temple o acrílico. Si al mojarlo cambia de color, respira: es temple y la tarea es más sencilla. Pulveriza agua hasta que la superficie oscurezca; después, raspa con la espátula de abajo arriba con cuidado de no marcar la pared. Para el gotelé acrílico, aplica un decapante específico para relieves: ablandará la pintura y facilitará el raspado.
¿Las gotas son grandes y rebeldes? Puedes cubrirlas con una pasta cubregotelé. Lija suave antes, extiende la pasta con rodillo y alisa bordes con una llana. Si hiciera falta, aplica una segunda capa. Cuando la superficie quede homogénea, limpia el polvo con esponja, reparte pasta niveladora, deja secar y pasa la lijadora para lograr un acabado sin imperfecciones.
¿Qué pintura le conviene a tu pared recién alisada?
Con la pared lisa toca escoger pintura. La decisión depende de si buscas resistencia, facilidad de limpieza o un efecto decorativo concreto. A continuación tienes una tabla rápida para no perderte entre nombres técnicos:
Tipo de pintura | Uso habitual | Ventaja principal | Tiempo de secado orientativo |
---|---|---|---|
Acrílica (plástica) | Interior | Resiste moho y sol | Según fabricante |
Vinílica (plástica) | Muros, techos | Cubre en una sola mano | Según fabricante |
Acabado mate | Paredes con leves defectos | Disimula imperfecciones | Según fabricante |
Acabado satinado | Zonas de paso | Equilibrio brillo‑limpieza | Según fabricante |
Acabado brillante | Superficie lisa | Fácilmente lavable | Según fabricante |
Esmalte sintético | Interior y exterior | Máxima durabilidad | 4‑6 h (1ª capa) / 24 h (2ª capa) |
Ahora ya sabes qué escoger sin volverte loco leyendo etiquetas.
Remate final para un acabado de revista
Cuando la pintura esté lista, recorta esquinas con una brocha y pinta el resto con rodillo en pasadas cruzadas para evitar marcas. Respeta siempre los tiempos de secado indicados (sí, esas horas en las que te mueres de ganas por tocar la pared, pero mejor no hacerlo) y coloca los zócalos con adhesivo de montaje solo cuando todo esté completamente seco.
Por último, retira plásticos y cintas, ventila bien la habitación y sube los cuadros. Verás que, sin soltar ni un euro de más, has pasado de un gotelé vetusto a unas paredes lisas que parecen recién salidas de revista.