Las carreteras españolas están repletas de radares fijos, un sistema instalado por la Dirección General de Tráfico (DGT) para controlar la velocidad límite de los vehículos. De esta manera, se pretende que los conductores lleven a cabo el control de las normas de velocidad. Estos radares fijos están ubicados en puntos específicos y los cuales están señalizados con antelación, lo que hace que los conductores estén pendientes para antes de llegar a él, frenar y evitar una multa de entre 200 y 500 euros. Actualmente, estos sistemas han evolucionado y ahora de nada vale frenar previamente para que no nos multen.
Los radares fijos de ahora ya son los de antes: nuevas tecnologías aplicadas para una mayor precisión
Los radares que se están instalando actualmente cuentan con equipamientos tecnológicos como cinemómetros de efecto Doppler y sistema láser. De esta manera, el truco de frenar antes ya no sirve, ya que con esta tecnología pueden medir la velocidad de forma concisa y saber la velocidad a una distancia considerable. De hecho son capaces de detectar a varios vehículos seguidos. Esto se suma a que están interconectados con cámaras de video que detectarán la velocidad antes de frenar antes el radar fijo.
Así son los nuevos radares: dobles, en cascada o anti frenazo
Como indicamos al inicio, aquellos conductores que se encontraban con un cartel de control por radar aplicaban la técnica del frenazo. Después volvían a su velocidad anterior, por encima del límite. Por esta razón, la DGT apostó por los radares dobles, en cascada o anti frenazo. Dichos radares se colocan uno a continuación del otro, lo que hace que si un vehículo frena antes del primer radar y luego vuelve a subir la velocidad, va a ser multado por qué lo habrán pillado infraganti.
Cuando nos fijamos en el Reglamento General de Circulación en la sección 2ª, se habla de “Reducción de velocidad y distancias entre vehículos”. Lo que no se recoge en las normas, es una norma que diga que frenar antes de un radar es sancionable. No obstante, y en relación con el Reglamento, el pegar un frenazo antes del radar puede suponer un peligro en la carretera y aquí es donde entran los agentes de la Autoridad.
Si un agente decide que la frenada ha sido brusca o que no ha dejado espacio suficiente entre uno coche y otro se pueden sancionar por infracciones graves. La cuantía en este caso por la multa, sería de 200 euros mientras que considera conducción temeraria puede alcanzar los 500 euros y 6 puntos menos en el carnet.
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