Corrugados Getafe ha comunicado a los sindicatos, justo antes del pasado puente de mayo, el cierre definitivo de su planta en la localidad, un hecho que conllevará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Se prevé que 152 empleados se vean afectados, según han confirmado fuentes sindicales. La acerera llevaba tiempo en el punto de mira de los vecinos por su actividad industrial, que presuntamente habría ocasionado molestias relacionadas con emisiones contaminantes y ruidos incesantes. En mayo se ha iniciado el proceso para desmantelar la planta, un calendario que ya conocen los trabajadores. Corrugados, perteneciente al Grupo Industrial CL, había anunciado a finales de 2022 un ERTE para más de la mitad de sus casi 200 empleados ante la reducción de pedidos de acero y los elevados costes energéticos.
Detalles fundamentales del Expediente de Regulación de Empleo y las repercusiones para la plantilla
El ERE se plantea como una medida drástica para cesar la actividad tras 75 años de funcionamiento en Getafe. ¿Qué implicaciones tendrá para los afectados? Los representantes de los trabajadores prefieren mantenerse cautos hasta la reunión inicial del 7 de mayo, donde se definirán las condiciones de salida y posibles traslados a otras filiales del grupo.
Para quienes no puedan asumir esa movilidad geográfica, Corrugados ha avanzado la puesta en marcha de programas de apoyo a la transición profesional a través de agencias de empleo, tanto públicas como privadas, en Getafe y la Comunidad de Madrid. Antes de avanzar más en la negociación, conviene resumir qué conllevará el ERE para el colectivo de trabajadores. A continuación, se muestra una tabla con algunos aspectos básicos:
Aspecto | Detalle |
---|---|
Número de trabajadores afectados | 152 |
Fecha inicio de negociaciones | 7 de mayo |
Alternativas propuestas | Traslados a otras plantas y planes de recolocación en agencias de empleo |
Duración prevista del proceso | A determinar en la mesa de negociación |
Causas atribuibles al cierre según Corrugados: presión vecinal, normativa legal y competencia global
En su comunicado, la empresa ha aludido a tres motivos que habrían precipitado el final de la actividad en Getafe: el crecimiento demográfico que ha acercado zonas residenciales a la fábrica, un marco legal más severo que prohíbe las operaciones nocturnas y las estrategias arancelarias de Estados Unidos que habrían reconfigurado el mercado del acero. “Este cambio normativo supone un obstáculo insalvable para la continuidad”, lamenta la compañía.
No obstante, grupos vecinales y ecologistas sostienen que Corrugados no habría invertido lo suficiente para cumplir las exigencias medioambientales, motivo que ven como “una forma de eludir responsabilidades”. Aun así, el anuncio de cierre ha alegrado aparte del barrio por el fin de los supuestos problemas de salud y ruido. Aquí va una lista con las tres explicaciones principales aportadas por la empresa:
- Crecimiento de la población de Getafe, que ya rodea la fábrica.
- Endurecimiento de la legislación que impide operar por la noche.
También, han tenido que ver las políticas arancelarias de Estados Unidos, que han alterado considerablemente la competitividad del sector en Europa.
Reacciones del Ayuntamiento y posibles oportunidades laborales tras la desaparición de la fábrica
Desde el Ayuntamiento se ha pedido calma mientras los sindicatos y la empresa negocian el ERE. Han anunciado la existencia de “negociaciones muy avanzadas” para implantar nuevas actividades empresariales en la zona. Además, consideran este cierre una ocasión para eliminar una importante fuente de contaminación, especialmente en barrios como Los Molinos y Juan de la Cierva. Los vecinos, en su mayoría, celebran el fin de una actividad que consideran nociva para su calidad de vida. Sin embargo, los portavoces de Ecologistas en Acción Getafe han manifestado que la empresa prefiere “especular con la venta de terrenos” antes que realizar mejoras medioambientales, de ahí que no se haya optado por modernizar la planta. La plataforma vecinal propone habilitar una franja verde para evitar futuros conflictos urbanísticos.
El cierre de Corrugados pone fin a décadas de tradición acerera, pero abre nuevas incógnitas sobre el desarrollo industrial de la ciudad. Por ahora, los 152 trabajadores afectados se enfrentan a un futuro incierto, aunque la empresa y el Ayuntamiento, cada cual desde su ámbito, buscan alternativas de recolocación o reorientación profesional.