Lo cierto es que la idea de comprar un coche en propiedad, lo cual siempre ha sido la opción mejor valorada, ha ido perdiendo consistencia en los últimos años. En España, esta decisión era algo muy habitual, no solo en temas de motor, sino también en el inmobiliario. Y es que hasta hace unos años, mucha gente aspiraba a comprarse su propio coche, pero esta tendencia está cambiado por otras formas de adquisición. Por ello, en esta noticia vamos a hablar sobre qué sale mejor a cuentas, entre comprar un coche o decidirse por uno de renting.
Gastos iniciales, averías y otros desembolsos al comprar un coche en propiedad
Cuando se compra un coche en propiedad a toca teja, ya no hay que preocuparse de pagar mes a mes para seguir disfrutando del mismo. Pero qué ocurre con los gastos de mantenimiento, como ruedas, revisiones, motores, etc. Las personas tienen desde su propia vida diferentes experiencias en cuanto a la gasolina, seguro, ITV, neumáticos, etc. Para llevar este caso a la realidad, vamos a poner un ejemplo. Una persona se compra un Mini Paceman SD Cooper con matrícula de finales de 2013 y comprado en mercado de ocasión del 2018, por 13.000 euros, con un buen estado y 100.000 km.
Pese a resultar una buena compra, por las condiciones del vehículo y de un programa de mantenimiento en vigor, que cubría el programa de frenos, el primer desembolso llego con la ITV. El cambio de los neumáticos, los cuales estaban desgastados, costó entre 460 y 720 euros (160-180€ cada rueda, ya instalada). Con el paso del tiempo, se tuvo que realizar la sustitución de piezas del embrague, lo cual supuso unos 500 euros. Los cambios de aceite, filtros y demás, otros 250-300 euros cada 15.000 km, haciendo un total de revisiones de 1.800 euros. Seguimos con el seguro, una póliza a terceros con franquicia de 200 euros, que cuesta 400 euros y un IVTM anual de más de 100 euros, más la ITV de 60 euros.
Cuál es la otra forma alternativa a la compra de un coche
Cuando hablamos de la otra alternativa para el disfrute de un coche, hacemos referencia al renting, leasing o coche por suscripción. De esta manera, obtenemos un coche sin comprarlo y ahorrando muchas de las preocupaciones. El renting y el leasing, son para productos con 4 años de duración y posibilidad de devolver el vehículo o pagar una cuatro final, y quedártelo. En estos casos existen grandes ventajas donde se pueden incluir los gastos de mantenimiento dentro la cuota. No obstante, puede existir penalizaciones por pasarse de los kilómetros o por cancelación de contrato.
En el caso de la alternativa del coche por sustitución, se trata de un alquiler puro y periodos de contratación más cortos. De esta forma se da opción a cambiar de coche más a veces, sin dar entrada y con todo incluido. A este se le suma también el carsharing. En resumen podemos decir que existe un gran ahorro alquilando coches.
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