La de veces que has oído que “la Coca‑Cola no sabe igual en todas partes” y, al parecer, no era un mito. Quizá recuerdes aquel momento en que, al probar una lata comprada fuera de España, notaste “algo raro” en el sabor. Pues bien, en otoño los estadounidenses van a vivir su propio déjà vu cuando abran una nueva lata endulzada con azúcar de caña local. La compañía de Atlanta lo anunció este martes y, curiosamente, el empujón definitivo vino de la mano (o del teclado) de Donald Trump. Así que sí: el presidente ha conseguido que su refresco favorito vuelva a lo “natural”… o casi. ¿Te pica la curiosidad? Sigue leyendo, que aquí van los detalles con punto y coma.
¿Qué ha anunciado exactamente Coca‑Cola en Estados Unidos?
La multinacional confirmó este martes que lanzará “este otoño” una versión de Coca‑Cola elaborada con azúcar de caña procedente de cultivos estadounidenses. El movimiento, encuadrado en su “agenda de innovación continua”, pretende ampliar la gama de productos sin tocar la Coca‑Cola clásica que ya domina las estanterías.
Además, la firma recalca que no abandona ninguno de sus productos actuales; simplemente suma una opción más para quienes prefieren azúcar de caña a la habitual fórmula con sirope de maíz de alta fructosa.
Lo esencial del anuncio, punto por punto
- El nuevo refresco llegará “este otoño” a todo el mercado estadounidense.
- Usará exclusivamente azúcar de caña cultivada en EE. UU.
- No sustituye a la receta tradicional; ambos formatos convivirán en los lineales.
Y, por supuesto, la empresa promete dar más detalles (formato, precio, distribución) “próximamente”, así que toca esperar un poquito para saber cuánto costará el capricho.
¿Por qué este cambio y qué papel juega Trump?
La semana pasada, Donald Trump se colgó la medalla en su red TruthSocial: dijo que había convencido a Coca‑Cola para “usar azúcar de caña REAL”. No es la primera vez que el mandatario presiona a grandes corporaciones, pero pocas veces la respuesta llega tan rápido.
Coca‑Cola, sin entrar en guerras verbales, agradeció educadamente “el entusiasmo del presidente Trump” y esperó solo unos días para desvelar el lanzamiento. En resumen: un guiño político, mucho ruido mediático y un producto nuevo en camino. Bien jugado.
¿Qué diferencia habrá entre países? Un vistazo rápido a los edulcorantes
Antes de frotarte los ojos en el pasillo del súper, conviene saber qué lleva cada lata según el mercado. Aquí lo tienes claro como el agua (con gas):
Mercado | Edulcorante actual |
---|---|
Estados Unidos (receta clásica) | Jarabe de maíz de alta fructosa |
Estados Unidos (nueva versión, otoño) | Azúcar de caña estadounidense |
España (receta habitual) | Azúcar |
De ahí que, cuando un turista español compra una Coca‑Cola en Nueva York, notara ese matiz distinto: era el jarabe de maíz haciendo de las suyas. En cambio, esta nueva versión promete igualar (al menos en dulzor) a la que bebemos en casa, aunque el sabor final solo se podrá juzgar lata en mano.
¿Cuándo estará disponible y qué se espera del lanzamiento?
La compañía solo ha concretado “este otoño” como ventana de llegada, sin día exacto. Traducido: entre finales de septiembre y mediados de diciembre las primeras latas deberían asomar por las neveras estadounidenses.
Por otro lado, Coca‑Cola confía en que la variante con azúcar de caña complemente “su sólida cartera principal” y atraiga a consumidores que, por salud o nostalgia, rehúyen el jarabe de maíz. Eso sí, la demanda real (y cuánto durará el invento) dependerá del primer sorbo y, no nos engañemos, del precio final.
¿Te apetece probarla?
En primer lugar, revisa el etiquetado: la lata indicará claramente “hecha con azúcar de caña estadounidense”. Segundo, compárala en frío con la versión clásica; así notarás diferencias de boca sin distracciones. Y, por último, si planeas cargar la maleta de latas para España, recuerda que las aerolíneas ponen límite de peso: tu paladar lo agradecerá, tu bolsillo quizá no tanto.
Por consiguiente, la llegada de la “Coca‑Cola con azúcar de caña” promete debates, curiosidades y un chispazo de nostalgia noventera. ¿Será un éxito rotundo o una anécdota de temporada? El otoño, y unos cuantos millones de consumidores, tendrán la última palabra.