En colegios mayores como Elías Ahuja o Chaminade recuerdan que las novatadas están prohibidas y se vigilan de cerca. La Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha reforzado su campaña “No a las novatadas” con un protocolo específico, renovado en septiembre. Aun así, directores y expertos avisan de que quedan ecos, esos “rituales de poder” que se resisten a desaparecer del todo. Y los servicios de apoyo psicológico siguen registrando casos: menos que antes, sí, pero no cero.
¿Siguen las novatadas en Madrid?
La estampa ha cambiado. En la calle que desemboca en el Colegio Mayor Elías Ahuja, tres novatos vuelven de clase; hace apenas unas semanas no compartían ni ciudad y ahora conviven bajo el mismo techo. El ambiente dista del que recuerdan generaciones anteriores, cuando septiembre en Moncloa-Aravaca equivalía a cánticos vejatorios, pruebas denigrantes y noches de botellón.
Aun con el giro hacia actividades de integración, los avisos no han desaparecido del todo. La directora de Psicall, el servicio de ayuda psicológica gratuito de la UCM, lo resume: “Todos los septiembres recibimos llamadas de estudiantes por novatadas” y recuerda que “una novatada es una agresión”. En septiembre se tramitaron 78 llamadas y 25 correos, con 4 casos vinculados a estas prácticas. La propia Larroy apunta que ahora son menos que hace siete años y que, desde la campaña antinovatadas, han disminuido progresivamente.
La UCM aprobó en 2021 un protocolo específico contra las novatadas. Se define como “cualquier conducta, acto o práctica de iniciación (…) que suponga un acto de violencia física o simbólica”. Se clasifican en físicas, psicológicas y sexuales, y se sancionan desde la amonestación hasta la expulsión definitiva del colegio mayor. Papel y protocolo, sí; pero, sobre todo, una idea sencilla: lo que daña o humilla ya no tiene cabida.
En los centros, la bienvenida se traduce hoy en jornadas de integración y actividades compartidas. Varios estudiantes lo perciben así. Álvaro Gómez, de 18 años, recién llegado de Tenerife, cuenta: “Es un golpe de realidad, volver del verano y empezar de cero a la hora de hacer amigos”, pero destaca que les facilitan la integración. Su compañero Lucas Riestra, también de 18, lo remata: “Con las actividades nos conocemos entre todos, no hace falta más”. Y Juan García, de 17, distingue con claridad: “Los juegos no son lo mismo que las novatadas”.
¿Qué casos han sido los más recientes en Madrid?
Aunque la escena actual es otra, el recuerdo de prácticas duras sigue vivo en los pasillos universitarios. En 2019, en el Colegio Mayor Diego de Covarrubias, una bofetada con nata a una novata desató indignación y sanciones. En 2023, ya con las novatadas prohibidas, en la residencia de estudiantes Galdós se forzó a novatas a besar pescados crudos y comer galletas de perro entre gritos e insultos. Y en 2022, el Elías Ahuja fue el epicentro de gritos sexistas hacia el cercano Santa Mónica, un episodio que aún pesa en la memoria reciente.
Si accedes a nuestra sección de formación, encontrarás multitud de artículos de interés para los universitarios.