La Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha un nuevo sistema para cazar a los conductores que solo levantan el pie justo donde hay un radar. El objetivo es reducir los accidentes por exceso de velocidad, la causa más frecuente tanto en autovías como en carreteras secundarias. A los 780 radares fijos, 545 móviles y 92 de tramo, se suman otros 26 dispositivos orientados a corregir lo que Tráfico denomina “problema grave”.
La DGT refuerza el control con radares antifrenado y en cascada en carreteras
Hasta ahora, la señal que avisa de la presencia de un radar provocaba frenazos puntuales para cumplir la velocidad en ese tramo y reanudar el exceso justo después. Tráfico considera que este comportamiento genera riesgo y ha decidido cortar de raíz esa práctica con una estrategia doble: controlar antes y después del punto oficial. Para poner solución a esta problemática se han instalado radares antifrenado unos metros antes de los controles ya existentes. Funcionan como los convencionales, pero con un matiz clave: su ubicación no se hará pública para evitar que los conductores frenen al llegar a esa zona.
Además, se han creado los llamados radares en cascada: en vez de situarse antes, se colocan unos metros más allá del radar oficial. Por este motivo, no bastará con respetar el límite solo al pasar por el dispositivo visible; el control se extiende a los metros siguientes, donde suelen volver a producirse los excesos. Dado lo anterior, conviene recordar que una frenada injustificada puede costar hasta 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet. Habrá que estar muy atento para que no te pillen, porque el despliegue combina la red conocida de radares con estos nuevos equipos cuya localización no se anticipa.
Polémica por posible afán recaudatorio frente a objetivo de seguridad vial
La decisión ha despertado polémica. Hay quienes entienden que se trata de otro paso en el afán recaudatorio de la Jefatura de Tráfico. Otros, con ironía, sostienen que seguirán haciendo lo mismo: frenar antes del radar. Frente a esas críticas, la DGT sostiene el propósito de seguridad vial: evitar los siniestros derivados de la velocidad, que continúan siendo los más comunes.
El nuevo esquema busca que el límite se respete a lo largo de toda la vía, no solo al atravesar el cinemómetro. Con más dispositivos y un despliegue menos predecible, Tráfico intenta atajar los frenazos peligrosos y los picos de velocidad entre radares. El mensaje para el conductor es claro: mantener una velocidad adecuada en todo momento para evitar sanciones y, sobre todo, reducir accidentes. Accede a nuestra sección de motor para conocer más novedades de la DGT.