La DGT advierte de que circular con ruedas en mal estado puede acabar en sanción, al considerarse un peligro para la circulación. La cuantía puede ser de 200 euros por cada neumático y, además, no llevar cadenas cuando son obligatorias también conlleva multa.
Mantener los neumáticos en buen estado no solo es una cuestión de seguridad: también evita sanciones. Al ser el único punto de contacto entre el vehículo y el asfalto, su desgaste o deterioro puede provocar incidentes y derivar en una intervención de los agentes de tráfico.
La DGT pone el foco en neumáticos en buen estado y conducción segura
Si las ruedas no están en condiciones, el vehículo puede suponer un riesgo para el conductor y el resto de usuarios de la vía. Por este motivo, es recomendable revisar periódicamente presión, dibujo y posibles daños antes de que el frío y las nevadas compliquen la conducción. Una revisión a tiempo ayuda a prevenir imprevistos y reduce la posibilidad de sufrir un accidente, especialmente en trayectos largos o cuando se circula a alta velocidad de forma continuada.
Entre las recomendaciones, figura comprobar que la presión de cada neumático se ajusta a lo marcado por el fabricante. La DGT aconseja hacerlo al menos una vez al mes y, para que la medición sea fiable, verificarla con los neumáticos en frío.
También conviene vigilar la profundidad de la banda de rodadura, ya que existe un mínimo legal de 1,6 milímetros. Además, es importante inspeccionar si hay grietas, cortes, deformaciones u objetos incrustados, porque cualquier defecto puede incrementar el riesgo durante la marcha.
Otra pauta es revisar las ruedas al menos una vez al mes o antes de realizar un viaje largo. Y en zonas de nieve, se recomienda llevar cadenas o neumáticos de invierno o todo tiempo, circulando con precaución.
Multa de 200 euros por rueda si el vehículo supone un peligro
Cuando los neumáticos están en mal estado, los agentes pueden entender que el coche representa un peligro para la circulación y proceder a detener al conductor. En esos casos, la sanción indicada es de 200 euros por cada rueda, lo que se traduce en 800 euros si afecta a las cuatro. A lo anterior se suma una multa de 200 euros si no se llevan cadenas cuando resulta obligatorio, algo especialmente relevante con el descenso de las temperaturas y el inicio de las nevadas.
Entre las causas más comunes de sanción aparece el desgaste excesivo: la profundidad de las ranuras no puede ser inferior a 1,6 milímetros, un límite recogido en el Reglamento General de Circulación. Si el dibujo está por debajo, puede haber multa.
También se sancionan los daños o deformaciones, como cortes, abultamientos, grietas o cualquier alteración que comprometa la seguridad. Por último, el uso de neumáticos incompatibles (por tamaño o por no estar homologados) puede ser motivo de sanción y, además, impedir superar la ITV.
Si tenemos en consideración lo anterior, una simple revisión periódica puede evitar sanciones elevadas y, al mismo tiempo, mejorar la seguridad. Especialmente cuando el dibujo se acerca al límite legal, la capacidad de evitar el aquaplaning se reduce, y circular por debajo de ese mínimo está prohibido. Entra en nuestra sección de motor para conocer más noticias relacionadas con la DGT.








