La Agencia Tributaria permite a los autónomos que trabajan desde casa deducirse determinados gastos de su vivienda, suministros, tecnología, comidas o seguros, siempre que estén vinculados de forma directa a su actividad profesional.
Muchos profesionales por cuenta propia han convertido una parte de su vivienda en su oficina habitual. Desde ese momento, su hogar deja de ser solo un espacio familiar para convertirse también en una estructura de costes de su negocio. Pero ¿qué puede considerarse realmente gasto deducible y qué no?
Cómo deben declarar los autónomos que trabajan en casa los metros afectos
Según el abogado fiscalista Borja De Abadal Gámiz, la base de todo el sistema es entender que la vivienda puede tener un uso mixto y que solo se desgrava lo vinculado de forma directa a la actividad. Por eso, resulta esencial calcular cuántos metros se destinan de forma habitual y exclusiva al trabajo.
Esos metros deben comunicarse a Hacienda mediante la afectación parcial en el censo. Si no se hace, la Administración puede discutir la deducción desde el primer momento. A partir de ahí se determina qué parte de los gastos de la vivienda puede atribuirse a la actividad económica.
En una vivienda en propiedad, el autónomo puede imputar una proporción de la amortización del inmueble y de los principales gastos asociados al hogar. De forma orientativa, se suelen considerar como vinculados a la vivienda los siguientes conceptos:
- Impuestos y costes de la casa como IBI, comunidad de propietarios, seguro del hogar, tasa de basuras y, en su caso, la renta del alquiler, siempre aplicados según los metros afectos declarados a la actividad.
Cuando la vivienda es de alquiler, se aplica esa misma proporción sobre la renta mensual, pero debe existir coherencia entre lo que declara el arrendador y lo que declara el autónomo inquilino. El porcentaje no puede basarse en cálculos aproximados, sino en los metros afectos declarados ante la Agencia Tributaria.
Gastos de vivienda, suministros y tecnología que Hacienda suele admitir
Los suministros del hogar tienen un tratamiento particular. La normativa solo permite aplicar el porcentaje de metros afectos sobre un 30% adicional del gasto anual de luz, agua, gas, teléfono e internet. Con este sistema se evitan deducciones “a ojo” que antes eran frecuentes y se obliga a acreditar con pruebas sólidas cualquier porcentaje superior.
En paralelo, la tecnología se ha convertido en una de las grandes partidas deducibles para quienes teletrabajan. Ordenadores, pantallas, impresoras, sillas ergonómicas o mobiliario especializado deben deducirse mediante amortización cuando su vida útil supera el año. Si los bienes tienen un uso mixto, como una tableta que también utiliza la familia, la afectación íntegra resulta mucho más difícil de defender. De ahí que, según el experto, la opción más limpia sea contratar una segunda línea exclusiva para el negocio.
Además, existe una deducción ligada a la reinversión de beneficios en activos nuevos afectos a la actividad. Se aplica a compras como ordenadores, pantallas, impresoras, unidades de almacenamiento, mobiliario o incluso un local profesional, siempre que esos bienes se mantengan en funcionamiento durante cinco años.
En cuanto a las reformas, solo pueden imputarse como inversiones afectas cuando se dirigen directamente al espacio de trabajo, por ejemplo cerrar una habitación para crear un despacho o mejorar el aislamiento de un estudio. Las deducciones por eficiencia energética, en cambio, no se aplican a los metros dedicados a la actividad económica, por lo que una misma obra puede tener un tratamiento distinto en la parte hogar y en la parte despacho.
Comidas, seguro médico y vehículo cuando el autónomo teletrabaja en casa
¿Qué ocurre con las comidas fuera de casa? Este gasto puede deducirse cuando se realiza por motivos estrictamente profesionales, fuera del hogar y pagado por medios electrónicos, con factura y justificante de pago. Los límites diarios son de 26,67 euros en España y 48,08 euros en el extranjero. No está de más anotar en el propio tique una referencia al encuentro o desplazamiento, porque ayuda a justificar el gasto si la Administración lo revisa años después.
También las comidas de trabajo con clientes pueden considerarse gasto deducible, siempre que estén vinculadas a la actividad y sean razonables en su cuantía. El Tribunal Supremo ha recordado que estas atenciones no se consideran regalos, sino herramientas comerciales, siempre que exista documentación suficiente que las respalde.
Otra deducción habitual entre autónomos que trabajan desde casa es el seguro médico. La ley permite imputar las primas del propio contribuyente, de su cónyuge y de sus hijos menores de 25 años que convivan en el domicilio, con un límite general de 500 euros por persona. Si quieres conocer más deducciones disponibles, entra en nuestra sección de trámites.








