Si alguna vez has visto la cola para despegar desde Barajas un lunes cualquiera, sabrás que aquello se parece más a la M‑30 en hora punta que a un aeropuerto. Cada verano hay que sacar la maleta con medio día de margen porque las terminales rebosan viajeros. En 2023 pasaron 60,2 millones de personas por allí, y este 2024 el tráfico vuelve a crecer casi un 10 %. Los empresarios madrileños han decidido que ya va siendo hora de abrir otra puerta al cielo. Su propuesta se llama Madrid Sur y se ubicaría en el aeródromo de Casarrubios‑Álamo, a tan solo 30 kilómetros de la capital. ¿Será suficiente para que el control de seguridad deje de parecer un concierto de rock? Habrá que verlo.
¿Por qué Madrid se juega el tipo con un segundo aeropuerto?
El tirón aéreo de la capital no da tregua. Barajas soporta una capacidad teórica de 70 millones de pasajeros y, según las previsiones, entre 2029 y 2030 podrían viajar más de 90 millones de personas. Dicho de otra manera: el vaso se desborda antes incluso de terminar la ampliación. Además, no hay ninguna pista alternativa en 350 kilómetros a la redonda capaz de absorber semejante aluvión de vuelos, un riesgo evidente para una región donde vive una cuarta parte del país.
Año | Pasajeros (millones) | Crecimiento anual |
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2023 | 60,2 | +18,2 % |
2024* | — | +9,9 % |
2029‑2030 (proyección de demanda) | 90 | — |
* Dato de viajeros aún no cerrado; solo se dispone del porcentaje de aumento.
Hilario Alfaro, presidente de Madrid Foro Empresarial, lo resume sin rodeos: Madrid no puede quedarse incomunicada. Con ese argumento sobre la mesa, el sector privado presiona para que Aena acelere un plan B que proteja la conectividad internacional de la región.
¿Dónde se levantará y qué tendrá exactamente Madrid Sur?
La ubicación elegida no es casual. El aeródromo de Casarrubios‑Álamo (Toledo) ya mueve unas 70.000 operaciones al año, aloja más de 300 aeronaves y da servicio a 50 empresas aeronáuticas. Ampliarlo significaría, en la práctica, clavar una chincheta estratégica entre Madrid y Toledo, a media hora del centro de la capital.
En la primera fase se construirá una pista nueva de 3.200 metros y una terminal de 15.000 m². Además, habrá 50.000 m² destinados a hangares y mantenimiento, junto con una zona específica para aviación ejecutiva. La pista actual se alargará hasta 1.500 metros para seguir dando cobertura a la aviación general. Dicho en corto: despegarán desde jets privados hasta los llamados “autobuses aéreos” de las compañías de bajo coste.
Empleo e inversión: ¿cuánto costará y a quién le beneficia?
A rascarse el bolsillo, pero sin dramas: la inversión inicial prevista ronda los 150 millones de euros y se repartirá de forma modular y “eco‑friendly”. Si todo va según lo programado, en 25 años la cifra total podría alcanzar los 1.950 millones de euros. Mientras tanto, la obra moverá 12.500 puestos durante la construcción y 32 500 empleos directos en el desarrollo industrial contiguo.
El efecto arrastre no se queda ahí. En la próxima década se calculan 5.600 empleos directos dentro del aeropuerto, 13.300 indirectos en servicios asociados y 31.500 catalíticos (esos que surgen cuando la economía local despega). Para la zona sur de Madrid, especialmente necesitada de industria, el proyecto promete ser una bocanada de aire… literal y figuradamente.
¿Cuáles son los próximos pasos a seguir?
Aunque todavía falten varios trámites, conviene tomar nota de cómo seguir de cerca la iniciativa y sacarle partido desde el minuto uno.
- Apuntarse a las actualizaciones de Aena: la gestora publicará el calendario oficial de obras y licitaciones.
- Revisar las comunicaciones de Madrid Foro Empresarial: suelen adelantar detalles sobre requisitos para proveedores locales.
- Monitorear portales de empleo especializados: las primeras ofertas para ingenieros, operarios y personal de seguridad llegarán durante la fase de urbanización.
- Planificar logística si tienes empresa en el corredor del Henares o Toledo: reducirás tiempos de transporte de carga al contar con una nueva pista a la vuelta de la esquina.
Si nada se tuerce (y la burocracia no hace de las suyas) este segundo aeropuerto podría empezar a aliviar a Barajas antes de que vuelva la siguiente oleada turística. En cualquier caso, más vale ir preparando la maleta… por si acaso.