Cuando el precio de un café con leche te alcanza justo para comprar una casa, lo normal es que sospeches. Pero hay gangas que cambian destinos. Imagínate desembolsar un euro y salir de allí con las llaves de una vivienda centenaria. Ahora añade el encanto de Sicilia, su sol y un equipo de arquitectos dispuesto a tatuar modernidad sobre piedra antigua. Suena bien, ¿verdad? Pues eso es exactamente lo que ha ocurrido en Sambuca di Sicilia, donde las ruinas bailaron con el diseño contemporáneo y acaban de parir un alojamiento de ensueño. Y, por si te pica la curiosidad, aquí va la historia completa.
¿Qué es el plan “Casas a 1 euro” y qué encontró Airbnb en Sambuca?
Primero, lo obvio: no, el Ayuntamiento no regala mansiones. El programa público “Casas a 1 euro” permite comprar inmuebles abandonados a cambio de comprometerse a presentar un proyecto de restauración entre 6 y 12 meses y concluir las obras en un máximo de tres años. Airbnb se lanzó a por una de esas gangas (135 m² y tres plantas en pleno casco histórico) y encargó la rehabilitación al estudio Didea.
Antes de levantar tabiques nuevos, el edificio parecía un colador: suelos derrumbados, humedades y cero instalaciones. Sin embargo, seguía en pie la estructura de principios del siglo XX, suficiente para que Didea viese potencial y apostase por una intervención “sobria y contemporánea” que devolviera dignidad al inmueble sin atragantarse de nostalgia.
Un vistazo rápido a los datos clave:
Dato | Valor |
---|---|
Precio de compra | 1 € |
Superficie total | 135 m² |
Número de plantas | 3 |
Plazo para presentar plan | 6 – 12 meses |
Plazo máximo de obras | 3 años |
En otras palabras, burocracia sí, pero ni tan fiera ni tan cara: firmas hoy, planificas mañana y, si no te duermes, en tres años tienes casa nueva.
¿Cómo fue la reforma? Del suelo derrumbado al diseño contemporáneo
Didea tiró de bisturí fino: mantuvo los techos abovedados y la envolvente de piedra, abrió interiores diáfanos y plantó un par de escaleras de acero perforado (una roja y otra verde) que cruzan la casa como columna vertebral. El contraste de tonos tierra y colores primarios, además de quedar de postal, deja colar la luz natural a raudales gracias a peldaños calados y puertas translúcidas.
Todo el mobiliario es a medida y fabricado por artesanos locales. Materiales como el enlucido de cal y la tierra cruda regulan la temperatura sin recurrir a cacharrería domótica; sostenibilidad de la que no presume en carteles, pero se nota al entrar. Resultado final: salón‑comedor con cocina abierta en la planta baja y zona de noche repartida arriba, conectada por esas escaleras que invitan a hacerse selfis.
Pasos prácticos si tú también quieres lanzarte (y no arruinarte en el intento)
Porque no todo es sacar la foto para Instagram, aquí van los imprescindibles:
- Busca un municipio adherido al plan “Casas a 1 euro” y verifica disponibilidad.
- Presenta tu proyecto de recuperación dentro del plazo de 6‑12 meses.
- Contrata un estudio o arquitecto local que conozca la normativa al dedillo.
- Prioriza materiales de la zona: te ahorras portes y sumas puntos de sostenibilidad.
- Cumple el plazo máximo de tres años; las prórrogas son un dolor de cabeza (y de cartera).
- Si planeas alquilar, registra el alojamiento y ajusta seguros antes de subir fotos a la plataforma.
Así, con paciencia y algo de trabajo fino, lo que un día fue ruina puede convertirse en tu próxima fuente de ingresos… o al menos en la anécdota definitiva para la sobremesa del domingo.