¿Te has parado alguna vez frente a la verja de la calle Bravo Murillo y has sentido curiosidad por lo que escondía? Esa barrera salvaguardaba la primera fuente que llevó el agua del río Lozoya hasta los grifos madrileños allá por 1858. Hoy, la valla ha desaparecido y el surtidor vuelve a estar al alcance de cualquiera. La Comunidad de Madrid lo reabrió y, de paso, presentó la futura ‘Milla Canal’, un corredor deportivo y cultural que promete animar el distrito de Chamberí. No hablamos de un simple lavado de cara, sino de un pedazo de historia que revolucionó la higiene de la capital. Y sí, todo arrancó con una tubería de 70 kilómetros que entonces sonaba a ciencia ficción hidráulica.
¿Qué tiene de especial la Fuente del río Lozoya?
La fuente se adosa al primer depósito del Canal de Isabel II y luce como un arco triunfal neoclásico ideado por Juan de Ribera Piferrer. Su misión era clara: celebrar la llegada del agua del Lozoya a Madrid y recordarle a todo viandante que la ciudad por fin podía hablar de higiene con propiedad.
- Personificación del río Lozoya (Sabino de Medina Peñas).
- Alegoría de la Agricultura (Andrés Rodríguez).
- Alegoría de la Industria (José Pagniucci Zúmel).
- Dos cisnes metálicos (retirados antes de 1947).
En 1977, todo el conjunto (depósitos, fuentes y edificios anexos) quedó incoado como Monumento Histórico, detalle que consolida su protección y hace casi imposible que vuelva a quedar abandonado.
¿Cuándo y por qué se levantó este monumento?
El Canal de Isabel II nació por Real Decreto el 18 de junio de 1851 y enseguida arrancaron las obras de la fuente, tasadas en 80.000.000 de reales (una cifra que daría vértigo incluso hoy). A esa inversión se sumó la presa y la gigantesca tubería de 70 kilómetros que conectaba el Lozoya con Madrid.
El gran estreno llegó el 24 de junio de 1858, cuando Isabel II presidió el momento en que las primeras gotas brotaron en la calle Ancha de San Bernardo. Desde entonces, las calles ganaron limpieza y las epidemias por falta de agua potable comenzaron a bajar con rapidez.
¿Qué implica la ‘Milla Canal’ para Chamberí?
El Gobierno regional quiere transformar el entorno inmediato del Canal en un eje peatonal con zonas de deporte y cultura bautizado como ‘Milla Canal’. El proyecto servirá de pasillo entre diversas instalaciones históricas, dándole un nuevo tirón vecinal a Bravo Murillo y alrededores.
Además, la reapertura de la fuente funciona como punto de arranque simbólico: si en el siglo XIX el agua cambió la vida de la capital, ahora la idea es que el espacio público recupere protagonismo y sume actividad económica y social al barrio. Acércate con calma y dedica un par de minutos a observar las esculturas; el detalle de los pliegues y la expresión de cada figura merecen la foto. Después, rodea el arco y fíjate en cómo la piedra se integra con la estructura del primer depósito: entenderás por qué la obra se concibió como un todo hidráulico.
Por último, aprovecha el paseo para imaginar la gesta de quienes, hace más de siglo y medio, trajeron el agua desde el Lozoya. De ahí que muchos consideren la fuente no solo un monumento, sino la mejor clase de ingeniería a cielo abierto que puede ofrecer Madrid.