Todos los días pasamos delante de algún bajo en obras y pensamos en cómo quedará después de la reforma. A Mohamed El Madani, que hace dos décadas rebuscaba chatarra con su padre en polígonos de Humanes, ese pensamiento le cambió la vida… y la cuenta corriente. Hoy reparte su tiempo entre pizarras llenas de fórmulas en el Barrio de Salamanca y visitas relámpago a viviendas que superan el millón de euros. Si todo va según lo previsto, este 2025 cerrará con 50 millones de euros facturados. Y sí, lo reconoce con una mezcla de ironía y orgullo: «Antes para alguna gente era solo un moro, ahora me ven como un inversor árabe».
¿Cómo pasó Mohamed El Madani de recoger chatarra a firmar cheques de siete cifras?
Quien nazca en Bni Gorfett (Marruecos) no suele tener en su libreta la palabra “aeronáutica”, pero El Madani la escribió a pulso después de pisar por primera vez un aula española con 10 años. Becas, máster con matrícula de honor y un brevísimo salto por la banca le colocaron frente a su auténtica pasión: comprar pisos viejos y venderlos como diamantes recién pulidos.
La historia suena de película, pero los inicios fueron tan reales como duros: madrugones para cargar hierros, algún alto de la policía y jornadas escolares que parecían un premio de consolación. De ahí que recuerde con sorpresa a los compañeros que llegaban llorando al colegio mientras él veía allí su única vía de escape.
¿Cuál es el secreto tecnológico (y humano) detrás de UrbanFlip?
El negocio tiene más de hoja de cálculo que de aroma a pintura fresca. Una herramienta de machine learning rastrea los portales inmobiliarios, compara el precio por metro cuadrado, la altura, la orientación (la acera “buena” del Paseo de la Castellana la marca hasta el Bernabéu) y hasta si cabe un dormitorio extra. Entre enero y julio de 2024 se recorrió 330 pisos sin despeinarse.
Ahora bien, cuando llega la visita, la IA se queda fuera y entra la psicología. El Madani lo resume a su estilo: la vivienda “no te la enseñan, te venden su infancia”. Por eso, una inspección técnica de un minuto puede alargarse lo que tarde el vendedor en contar recuerdos antes de asumir una oferta un 20 % por debajo de su expectativa.
¿Qué números mueve realmente UrbanFlip?
Antes de mirar las cifras, conviene recordar que la empresa solo pone entre un 10 % y un 25 % del capital; el resto llega de casi 1.000 inversores que aportan de media entre 60.000 y 80.000 euros y sueñan con retornos que a veces superan el 30 % anualizado.
A continuación se resumen las grandes cifras que ilustran el salto de 2024 a 2025:
Concepto | 2024 | 2025 (previsto) |
---|---|---|
Facturación | 16.000.000 € | 50.000.000 € |
Inversión en compras | — | 80.000.000 € |
Activos a adquirir | — | 40 viviendas y 3 edificios |
Estos números dan una pista clara: el ladrillo de lujo madrileño sigue teniendo sed de capital y, por tanto, de beneficios.
Invertir desde 5.000 euros (sin perder la cabeza)
Quizá te estés preguntando si es posible participar en estas operaciones sin pertenecer a la lista Forbes. La respuesta corta es sí, pero con cabeza y calculadora en mano.
- Mínimo de entrada: prepara al menos 5.000 euros; es la barrera de UrbanFlip para sumarse a una obra.
- Revisa plazos: la reforma suele durar 3‑4 meses; si se alarga, la rentabilidad se enfría.
- Pregunta por el retorno esperado: la media histórica supera el 30 % anualizado, pero no es un cheque en blanco.
- Diversifica: no pongas todo en un solo piso; reparte en varias operaciones para suavizar riesgos.
- Lee la letra pequeña: infórmate sobre comisiones de entrada, gestión y posibles penalizaciones por salida anticipada.
Seguir estas pautas no garantiza el éxito, pero sí reduce la probabilidad de sustos cuando llegue la liquidación de beneficios.
¿Hasta dónde puede subir el precio de la vivienda en Madrid?
El Madani lo tiene claro: al menos tres o cuatro años más de escalada. Su argumento es la diferencia con París o Londres y el tirón demográfico de la región, que ya rebasa los 7 millones de habitantes. “Lo que está pasando en Madrid no es una burbuja. Es puro sentido común”, remata mientras planea llevar su grupo, Urbanpath, a un ecosistema global capaz de tocar todas las ramas del inmobiliario.
Mientras tanto, en Malasaña, Sol o San Bernardo siguen esperando al inversor que se atreva a rescatar edificios casi en ruinas. Para unos será especulación; para otros, la única forma de que un piso abandonado vuelva a tener luz, agua… y un precio que solo los bolsillos más holgados pueden pagar. Ahí, de momento, reina Mohamed El Madani.