El recibo de salario no es solo un justificante de pago: también certifica que tu empresa ingresa las cotizaciones a la Seguridad Social y aplica la retención del IRPF correcta. Por eso, antes de archivar la nómina merece la pena comprobar dos elementos (grupo de cotización y antigüedad) que condicionan tanto tu salario presente como tu pensión futura.
Por qué revisar el grupo de cotización asegura un salario ajustado a tu categoría profesional
¿Alguna vez te has fijado en la casilla “G.C.” o “Tarifa”? Ese número identifica tu categoría profesional según el convenio. Cada categoría tiene asignada una base mínima de cotización y, por tanto, un sueldo mínimo asociado. Si el grupo asignado no se corresponde con las funciones reales que desempeñas, puedes estar cobrando menos de lo que te corresponde y cotizando por una base inferior, algo que más adelante afectará, por ejemplo, a tu pensión de jubilación. Ojo, que un despiste aquí sale caro.
La fecha de alta en la empresa ‑a veces escondida en la nómina‑ sirve para calcular tu antigüedad. Este dato influye en dos frentes: incrementa el salario base mediante el complemento de antigüedad previsto en el convenio y, si llega el día de un despido, determina la indemnización. ¿Seguro que tu nómina refleja la fecha correcta? A continuación os mostramos una breve explicación en formato tabla:
Concepto | Qué incluye y por qué es importante |
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Salario bruto | Suma del salario base y complementos antes de aplicar cotizaciones y retenciones. Es la cifra que aparece en convenios y contratos y la que se utiliza para calcular tu base de cotización. |
Salario neto | Cantidad que recibes tras descontar Seguridad Social e IRPF. Es el dinero real que llega a tu cuenta; de ahí que siempre sea inferior al bruto. |
Comprender la diferencia evita disgustos cuando compares lo pactado con lo ingresado.
Cómo entender cada casilla de la nómina sin necesidad de ser contable
Antes de guardar la nómina, sigue esta lista rápida y despeja dudas en dos minutos:
- Localiza el salario base y comprueba que no sea inferior al mínimo de tu grupo.
- Verifica el complemento de antigüedad: debería aumentar según lo fijado en tu convenio.
- Revisa los conceptos salariales (productividad, nocturnidad…) y los pagos en especie, que nunca pueden superar el 30 % del total.
- Confirma las deducciones de Seguridad Social e IRPF; si tu situación familiar cambia, comunica‑lo para ajustar la retención.
- Consulta el salario bruto anual; debe coincidir con lo pactado en contrato o convenio.
Si algo no cuadra, pregunta al departamento de recursos humanos cuanto antes. Más vale resolver el error hoy que lamentarlo el día que necesites una prestación. Cualquier gestión que tengas que realizar en tu día a día podrás descubrirla en nuestra sección de trámites.