Si ya has tenido que exprimir el ventilador al máximo para teletrabajar, imagina a quién le toca dar el callo bajo un sol de justicia. España arrancó este lunes, 30 de junio de 2025, metida de lleno en una ola de calor que deja máximas de 40 °C y mínimas que no bajan de 25 °C. El «veranito» promete: la AEMET prevé este sofoco, como poco, hasta el jueves 3 de julio. Y cuando el mercurio se pone flamenco, el cuerpo dice basta. El Ministerio de Trabajo lo ha dejado clarito: toca reducir, adaptar o incluso suspender la jornada laboral cuando haya alerta naranja o roja por temperaturas extremas. Porque sí, trabajar chisporroteando al sol no es heroico; es peligroso.
¿Por qué el Ministerio aprieta el botón rojo?
La Agencia Estatal de Meteorología ha pintado medio mapa de amarillo y naranja, y en algunos rincones directamente de rojo. La cosa no es broma: el pasado sábado en Barcelona, Montse Aguilar, barrendera de 51 años, avisó por WhatsApp de calambres y dolor en el pecho tras su turno; esa noche falleció en casa. Con estos datos sobre la mesa, Trabajo ha pactado con los sindicatos un protocolo que activará cambios inmediatos en la jornada cada vez que la AEMET suba la alerta.
De ahí que el 30 de junio se anunció la obligación empresarial de reorganizar turnos, ofrecer sombra y dispensar agua fresca. Quien se salte la norma no solo se juega un sofocón mediático: la sanción puede rozar 1 millón de euros. Sí, el calor pasa factura… y no precisamente barata.
¿Qué deben hacer las empresas durante la alerta de calor?
Antes de seguir empapándote la camisa, toma nota. Estas son las cinco órdenes que el Ministerio de Trabajo ha colgado en el tablón y que rigen mientras dure la alerta naranja o roja:
- Prohibir tareas al aire libre en horas de máxima exposición si no hay protección suficiente.
- Ajustar horarios (adelantar o retrasar turnos), recortar o redistribuir horas y recuperarlas una vez pase la alerta.
- Ofrecer flexibilidad laboral y, cuando sea posible, teletrabajo.
- Parar la actividad si faltan agua, pausas, sombra o climatización adecuadas.
- Conceder un permiso retribuido de hasta 4 días cuando la situación sea grave o el traslado resulte imposible.
Esta lista no es opcional: los inspectores ya han hecho «miles de controles» y la multa, insistimos, puede acercarse al millón de euros. Por tanto, más vale refrescar la normativa que la tarjeta de crédito de la empresa.
¿Cómo puedes proteger tu nómina y tu salud durante la ola?
En primer lugar, pregunta a tu encargado si la jornada se reestructura: adelantar el turno un par de horas puede marcar la diferencia entre sudar y derretirse. No obstante, si tu puesto exige sol y calle, pide agua (cada 15 o 20 minutos) y sombra en las pausas. Por otro lado, guarda los mensajes o correos que acrediten tus solicitudes: sirven de escudo si la empresa se hace la sueca.
Posteriormente, y si la firma no mueve ficha, contacta con el delegado sindical o la Inspección de Trabajo; tienen autoridad para paralizar la faena de inmediato. Esto quiere decir que no es cuestión de heroicidad, sino de legalidad y salud pública. De hecho, si llega el extremo, solicita el permiso retribuido de hasta cuatro días para evitar sustos mayores.