¿Alguna vez has perdido un paraguas y, resignado, lo has dado por “donado al transporte público”? Imagina ahora que, en vez de un paraguas, se te escurre del bolsillo un Omega de acero o una pulsera de 18 quilates. Pues bien, esas “despistadas” joyitas acaban durmiendo en la Oficina de Objetos Perdidos de Madrid y, tras dos años sin reclamarlas, el Ayuntamiento las saca a subasta. Entre el 30 de junio y el 17 de julio de 2025, cualquiera podrá pujar online por casi 3.600 piezas, algunas por menos que un menú del día. Y aquí viene el chiste fácil: el remate no lo dicta tu banco, sino tu dedo en la puja. Si buscas una ganga con pedigrí, este es tu momento.
¿Por qué se celebra esta subasta municipal?
Las normas de la Oficina de Objetos Perdidos (el servicio público que custodia todo lo que los ciudadanos olvidan en la calle o el transporte) establecen que, pasados 24 meses sin que aparezca el dueño, los artículos se pueden vender. El Ayuntamiento de Madrid los agrupa en lotes (conjunto de piezas que se subastan juntas) y deja la gestión técnica a Surus Inversa, empresa especializada en subastas online.
En esta edición salen 82 lotes, con precios de salida que van desde 4 hasta 2.974 euros. El dinero recaudado terminará en la Tesorería Municipal: sí, tu futura cadena de oro podría acabar pavimentando alguna calle o, con algo de suerte, pagando un par de farolas nuevas. Si algo tiene esta subasta es variedad y, sobre todo, cifras concretas que hacen salivar a los cazadores de chollos. Para que te hagas una idea, aquí van los lotes más jugosos:
- Omega + 3 TAG Heuer: salida de 75 €.
- Lote de 24 Swatch: salida de 97 €.
- Reloj Fendi de oro: salida de 400 €.
- Pulsera de 18 quilates: salida de 264 €.
- Cadena de oro: salida de 195 €.
Además de los relojes, se ofertan 18 lotes de plata (desde 7 € hasta 791 €) y varios de perlas, como un collar con cierre de plata que parte de 110 €, o un conjunto de 21 piezas perleras por 201 €. Poco más que añadir: si andabas buscando excusa para presumir de brillo en la próxima boda, aquí la tienes.
Cómo y cuándo pujar sin complicarte
Antes de lanzarte a la puja, conviene tener claras las fechas y lugares clave:
Evento | Fecha | Hora | Lugar/Plataforma |
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Apertura de pujas | 30 de junio de 2025 | 12:00 | Web de Surus Inversa |
Exposición presencial | 7‑9 de julio de 2025 | 10:00‑17:00 | C/ Nicolás Morales, 38 (Madrid) |
Cierre de pujas | 17 de julio de 2025 | 12:00 | Web de Surus Inversa |
En castellano llano: tienes 17 días exactos para meditar tu jugada, revisar fotos en la web o incluso acercarte a ver las piezas “al natural”. Recuerda que, en una subasta online, tu oferta se introduce en la plataforma y compite en tiempo real con las de otros usuarios; si alguien te supera, te salta un aviso por correo para que decidas si mejorarla.
Surus Inversa ha limpiado, tasado y fotografiado cada objeto, y las imágenes están colgadas en su web para que amplíes hasta el último eslabón. Ahora bien, si eres de los que prefieren “ver y tocar”, reserva un hueco entre el 7 y el 9 de julio: las piezas estarán expuestas en la calle Nicolás Morales, 38, de 10:00 a 17:00. Allí podrás comprobar pesos, cierres y, de paso, fantasear con qué traje combinará mejor tu futura adquisición.
La entrada es libre, pero lleva el DNI y algo de paciencia, porque la afluencia suele ser alta. Y, por si acaso, ponte guantes de algodón: manchar un brazalete de 18 quilates antes de comprarlo sería un gol en propia puerta.
Trucos para rematar la subasta con éxito
En primer lugar, fija un presupuesto tope y respétalo: la emoción subastil es adictiva y el Ayuntamiento no devolverá el dinero por “calentón del momento”. En segundo, registra tu método de pago con antelación; la plataforma exige tarjeta o transferencia inmediata y, si no completas el trámite, el lote pasa al siguiente postor.
Por último, acude a la exposición con una linterna pequeña y revisa cierres, eslabones y mecanismos. Un reloj por 75 € suena a ganga… salvo que luego necesites invertir 200 € en repararlo. En resumen, ir con los deberes hechos es la mejor forma de estrenar joya sin estrenar disgustos.