El final de febrero y los primeros días de marzo traerán a la Comunidad de Madrid un cambio notable en el tiempo. Durante la próxima semana, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) pronostica jornadas inestables y una progresiva bajada de temperaturas en algunos tramos del día. Además, la probabilidad de precipitaciones incrementará a partir del jueves, con cotas de nieve que podrían descender hasta los 900 metros hacia el fin de semana.
La AEMET revela los cambios clave en el tiempo para Madrid del 26 de febrero al 4 de marzo
La situación meteorológica de este periodo vendrá marcada por el contraste entre las primeras jornadas y el fin de semana. El miércoles 26 iniciará con un ambiente frío en las primeras horas del día, aunque sin probabilidades de lluvia. Sin embargo, a partir del jueves 27 se prevén precipitaciones abundantes y vientos de hasta 15 km/h que, según la AEMET, pueden alterar la actividad cotidiana de los madrileños.
En este sentido, el viernes 28 también registrará lluvias considerables, sobre todo por la tarde, con una probabilidad que roza el 95%. Las temperaturas, aunque moderadas en la ciudad (entre 6 °C y 15 °C), se verán influenciadas por una cota de nieve de 1.600 metros, lo que podría dejar algunas pinceladas blancas en la sierra si las precipitaciones caen con intensidad.
La previsión oficial anticipa un fin de semana marcado por lluvias y descenso térmico
Según el pronóstico oficial, el sábado 1 será uno de los días más inestables de la semana. Por la mañana se estima una probabilidad de lluvia del 95%, que disminuirá por la tarde al 60%. Esto, unido a temperaturas más bajas (entre 5 °C y 10 °C) y un viento intenso de componente noreste, generará una sensación térmica aún más fría.
Para el domingo 2, el mercurio remontará ligeramente hasta los 13 °C de máxima, aunque se mantiene una posibilidad de lluvia del 40%. Además, la cota de nieve podría descender hasta los 900 metros, lo que suele afectar a la zona de la Sierra de Guadarrama. De cara al lunes 3 y martes 4, la AEMET contempla un escenario más estable, pero con todavía un 25% de probabilidad de precipitaciones aisladas.