El nuevo protagonista del coleccionismo de billetes en España es unas 1.000 pesetas de julio de 1907, en estado EBC, que se vende por 8.500 euros en la casa de subastas Ebay. Unas cifras que evidencian la sólida revalorización de algunos ejemplares antiguos y la continua fascinación por la historia que guardan. En este sentido, esta pieza no es la única que ha despertado la pasión de los coleccionistas. Otros billetes, como el de una peseta de 1953 (cuyo precio llega a los 25.000 euros) o la emblemática serie de 1.000 pesetas de Benito Pérez Galdós, también han experimentado subidas notables en el último año.
La revalorización de un billete de 1000 pesetas de julio de 1907 en la numismática española
La fiebre por los billetes de pesetas no es reciente. Desde que el Banco de España obtuvo la potestad exclusiva de emitirlos en 1874, se calcula que hasta la llegada del euro en 2002 se lanzaron 159 emisiones distintas. El caso de este 1.000 pesetas de 1907 resulta especial tanto por su diseño con grabados de Enrique Vaquer como por su escasez en condición EBC.
Para muchos expertos, lo que hace de este ejemplar un bien tan codiciado es la calidad y la rareza de la tirada que aún se conserva en buen estado. Si a eso se suma la creciente demanda internacional, no es de extrañar que la pareja correlativa alcance los 8.500 euros en subasta.
El creciente interés en billetes de pesetas con gran valor histórico y económico
Durante las últimas décadas, billetes como el de 1.000 pesetas de Carlos I (1925) o el de 1907 se han tasado por encima de los 1.800 o 2.000 euros. Sin embargo, las estimaciones oficiales recientes evidencian una tendencia alcista, respaldada por casas de subastas y coleccionistas de renombre.
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En el caso del ejemplar de julio de 1907, la casa Ebay ha confirmado su autenticidad y conservación, factores clave que elevan su cotización. Otros billetes de la misma época no alcanzan cifras tan altas, lo que refleja la singularidad de esta pieza.
Factores que convierten a ciertos billetes de 1 peseta y 1000 pesetas en auténticas joyas de colección
Dado lo anterior, los especialistas en numismática destacan varios elementos que disparan la valoración de un billete: rareza de la emisión, estado de conservación, presencia de errores en la impresión y firmas incluidas en la pieza. Un buen ejemplo es el billete de una peseta de 1953, con el Marqués de Santa Cruz en el anverso, que llega a los 25.000 euros por su escasez y perfecta conservación.
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Otro caso peculiar se encuentra en las series de 1.000 pesetas con la imagen de Benito Pérez Galdós. Se han visto precios que oscilan entre los 130 euros, en ejemplares con defectos menores, hasta varios miles cuando presentan errores de impresión más pronunciados o pruebas de anverso y reverso excepcionales.