La lucha contra enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, el zika o la malaria, ha llevado a los científicos a explorar nuevas vías, radicales en algunos casos. Una de las propuestas más llamativas es la creación de mosquitos machos con semen tóxico. Esta técnica, que puede sonar alarmante, busca reducir drásticamente las poblaciones de mosquitos y, con ello, frenar la propagación de enfermedades infecciosas. Por poner un ejemplo, la malaria, transmitida por varias especies de mosquitos Anopheles, causa 608.000 muertes por año, lo que ha llevado a los científicos a tomar este tipo de medidas.
¿Cómo funciona esta técnica que pretende acabar con varias enfermedades?
La idea, a priori, es sencilla, pero su ejecución es compleja. Los científicos modifican genéticamente a los mosquitos machos para que produzcan proteínas tóxicas en su semen. Cuando estos machos se aparean con hembras, estas proteínas pasan a los huevos, afectando negativamente su desarrollo y reduciendo drásticamente la supervivencia de la siguiente generación. De esta manera, se logra disminuir la población de mosquitos de forma gradual y efectiva.
Esta técnica presenta varias ventajas en comparación con otros métodos de control de mosquitos. Afecta únicamente a la especie de mosquito objetivo, sin dañar otros insectos beneficiosos. Al reducir la población de mosquitos de forma “natural”, se evita la necesidad de utilizar insecticidas químicos que pueden tener efectos negativos en el medio ambiente. Estudios preliminares han demostrado que esta técnica puede reducir significativamente la población de mosquitos, y por lo tanto, la transmisión de enfermedades.
A pesar de sus beneficios, esta técnica también plantea algunos desafíos y preocupaciones. Aunque se busca que la técnica sea específica, siempre existe la posibilidad de efectos no deseados en otros organismos. Tampoco podemos obviar que el mundo animal se adapta a su entorno y condiciones, pudiendo desarrollar, estos, resistencia a las proteínas tóxicas, lo que reduciría la eficacia de la técnica a largo plazo. Por último, el factor ético: la modificación genética de organismos y su liberación en el medio ambiente puede causar rechazo por parte de la población.
¿Dónde se ha publicado este estudio?
Este estudio se aloja en la web de Nature Communications. Es una revista científica de acceso abierto, publicada por el Nature Publishing Group desde 2010. Abarca las ciencias naturales, incluidas la física, la química, las ciencias de la tierra y la biología. Fue fundada por Lesley Anson, que además ostenta el cargo de editora jefe. Actualmente, tiene sus sedes distribuidas en Londres, Nueva York y Shanghái, lo que habla del alcance tan grande de esta revista. Si nos centramos en las publicaciones, publican cerca de 100 artículos de ciencia a la semana, situándose a la cabeza de este sector.
En 2017, Nature Publishing Group anunció la creación de tres «subjournals» bajo los siguientes nombres: Communications Biology, Communications Chemistry and Communications Physics. Si te interesa estar al día con las novedades más importantes del mundo de la ciencia, visita nuestra sección de actualidad, donde cada día os traemos lo más interesante que sucede a nuestro alrededor