Se trata de un descubrimiento llevado a cabo por científicos, donde se ha encontrado el termitero más antiguo del mundo y que todavía tiene vida. Estos montículos de termitas llevan habitados nada más y nada menos que 34.000 años, lo que hace reescribir la comprensión de la vida prehistórica, clima y el almacenamiento del carbono. Dicha investigación se llevó a cabo por los Departamentos de Ciencias del Suelo y Ciencias de la Tierra de la Universidad Stellenbosch junto con expertos del Instituto Nuclear de Hungría.
Donde se encuentran el termitero más antiguo del mundo y que todavía está habitado
Estos termiteros donde todavía hay vida se han descubierto en el río Buffels, Sudáfrica, y se llaman “heuweltjies” en afrikáans (traducido: pequeñas colinas). Dentro de estos montículos se encuentran la termita cosechadora del sur “Microhodotermes viator”, según indica Michele Francis, profesora del Departamento de Ciencias del Suelo de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Stellenbosch. Para que conste, decir que este descubrimiento se ha hecho público en la Revista Science of the Total Environment.
Con este descubrimiento, todavía habitado por termitas, se puede decir que data de edades que oscilan entre los 13.000 y 19.000 años, por radiocarbono del carbono orgánico. Ahora bien, con el carbonato se remonta a más años atrás, llegando a los 34.000. Por tanto, se convierte a este termitero en el más antiguo y activo de la historia. Hasta ahora, el más antiguo y de diferentes especies se halla en Brasil, con 4.000 años de vida.
Un descubrimiento vital para el futuro del cambio climático
Estos termiteros de Namaqualand, ya estaban miles de años antes que las pinturas rupestres más antiguas de Europa, el Último Máximo Glacial (hace 20.000 años) o los Mamuts. Por tanto, estos montículos pueden servir como registros de las condiciones climáticas de la prehistoria. Y es que se tratan de dos mecanismos que secuestran CO2, uno por la recolección de material orgánico de las termitas y otro cuando la calcita (mineral) se disuelve por las lluvias.
Con estos años de vida y los conocimientos que ofrecen sobre los ecosistemas, puede que haga convertirse en candidato a maravilla natural. Su estudio puede favorecer la lucha contra el cambio climático, con el secuestro del carbono y como preservar nuestro mundo natural. Y es que estos termiteros ofrece una manera de eliminar el CO₂ del suelo y almacenando carbono a largo plazo. Esto es algo que muchas empresas están buscando reproducir en proyectos para la mejora de la meteorización o de la alcalinidad de los océanos o el cálculo del presupuesto de carbono de un país.
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