Que China es un país de creencias férreas y cuadriculado, es vox populi. Si nos fijamos en su metodología de enseñanza entenderemos el porqué de su comportamiento como sociedad. Todos los años, millones de estudiantes de secundaria se enfrentan al temido gaokao, los exámenes con el que el sistema educativo chino decide quién logra un cupo para ir a la Universidad. Los adolescentes se preparan durante años para la prueba, estudiando de media, al menos 12 horas diarias. Las horas “hincando los codos” no es lo más llamativo de este gaokao, es la presión a la que son sometidos.
¿En qué consiste el gaokao?
A grosso modo podemos decir que estamos ante una selectividad, pero con sus salvedades. En palabras de Xueqin Jiang, educador e investigador de la Iniciativa Global de Innovación Educativa de la Universidad de Harvard, “los profesores les dicen que es un asunto de vida o muerte. Desde el momento en que tu hijo nace, comienzas a pensar en cómo puedes conseguir que logre el máximo desempeño en el examen”. Los días previos, los estudiantes se reúnen en multitudes y entonan cantos de batalla: “¡Vamos a lograr la victoria, vamos a derrotar al gaokao!”.
Como es de esperar, las medidas de seguridad son equiparables a las que podría usar la Policía ante cualquier investigación. Incluyen cámaras de vigilancia, sistemas de posicionamiento global y drones. ¿Qué sucede si a algún estudiante se le ocurre hacer trampas? En China no dicen los profesores, “no me engañas a mí, te estás engañando a ti”. En 2016, las autoridades chinas anunciaron que aquellas personas involucradas en intentos de fraude podrían enfrentar penas de cárcel, poca broma.
Para prepararse, lo normal es que un estudiante estudie 12 o 13 horas diarias en la escuela, más el tiempo invertido en las instituciones privadas intensivas, donde aprenden lecciones de cursos superiores. Si sumamos todas las horas destinadas a la educación, no queda un solo minuto par socializar, “esclavizándolos” de algún modo. A continuación explicaremos la dificultad que entrañan estos exámenes.
¿Cuál es la dificultad de los exámenes en China?
Respecto a los exámenes, cada región del país tiene su propia “versión”, pero como norma, la prueba incluye preguntas de chino, matemáticas y un idioma extranjero. Además, deberán elegir otro tema, entre historia, política, geografía, biología, física o química. Se calcula que solo el 10% de los estudiantes consigue acceder a una universidad de renombre, considerándose un fracaso si no se logra. La presión social a la que se enfrentan es difícil de entender por parte de los occidentales. Para hacernos una idea del nivel formativo al que fuerzan en China, un estudiante promedio de 15 años, está 3 años más avanzado en matemáticas que cualquier estudiante europeo.
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