El microondas fue inventado por Percy Spencer en el año 1945. Se trataba de un científico que estaba investigando diferentes formas de mejorar el funcionamiento del radar para una empresa llamada “Raytheon”. Un día, mientras se encontraba trabajando rodeado de magnetrones, unos dispositivos que transforman la energía eléctrica en microondas electromagnéticas, se dio cuenta de que la barra de chocolate que llevaba en su bolsillo, cuando se acercaba al magnetrón, se calentaba y, posteriormente, se derretía. Y de esta simple casualidad nació uno de los electrodomésticos estrella de las casas.
¿Es un mito que los microondas sean nocivos?
El microondas ha sido durante décadas un electrodoméstico indispensable en nuestras cocinas. Su rapidez y comodidad para calentar alimentos lo han convertido en un aliado en nuestro día a día. Sin embargo, en los últimos tiempos han surgido voces que cuestionan su uso y recomiendan incluso desconectarlo. Uno de los principales argumentos en contra del uso del microondas es su impacto en los alimentos. En este artículo vamos a recoger lo ya publicado por algunos medios, ya que no somos expertos en la materia.
Algunos estudios sugieren que las microondas pueden alterar la estructura molecular de los alimentos, modificando sus nutrientes y generando compuestos potencialmente dañinos. Además, se ha planteado la posibilidad de que el calentamiento rápido y desigual en el microondas pueda favorecer la proliferación de bacterias en algunos alimentos. Otro aspecto preocupante es la generación de radicales libres durante el proceso de calentamiento en el microondas. Estos son moléculas altamente reactivas que pueden dañar las células y contribuir al envejecimiento prematuro y al desarrollo de diversas enfermedades. Un exceso de estas moléculas puede ser perjudicial para nuestra salud.
El uso de recipientes de plástico en el microondas también es motivo de suspicacias. Las altas temperaturas pueden provocar la liberación de sustancias químicas presentes en el plástico, que pueden migrar a los alimentos. Algunos estudios han relacionado estas sustancias con problemas de salud a largo plazo. Pero repetimos, hay que poner en cuarentena estas afirmaciones, ya que a día de hoy no se ha demostrado con exactitud los peligros de este electrodoméstico. Es más, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos asegura que “se ha establecido que la mayoría de tipos de radiación no ionizante no produce cáncer, ya que no dispone de la suficiente energía”.
¿Qué más usos tiene este electrodoméstico?
Avisamos que son “life hacks” cogidos con pinzas. Pon una cabeza de ajo en un plato durante 20 segundos a potencia media, o coloca los dientes individuales en un paño de cocina durante 10 segundos a máxima potencia. En ambos casos, la piel se desprenderá más fácilmente. Otro de sus curiosos usos es a modo de desinfectante, especialmente en las tablas de cortar. Después de lavarla de manera correcta, debemos frotar medio limón por la parte que es utilizada habitualmente. Posteriormente, debemos calentarla en el microondas a máxima potencia durante un minuto y la tabla de cortar se desinfectará.
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