Hace un mes, concretamente el 1 de julio de 2024, uno de los países del mundo que fue el primero en la prohibición de las encimeras de piedra artificial más usadas en cocinas y cuartos de baño, fue Australia. La causa de esta situación, se debe al alto contenido en silicio, el cual provoca silicosis en aquellos trabajadores que operan con este material, causando una enfermedad respiratoria sin cura. Ahora, Reino Unido, se suma a la lista de países que, desde 2010, avisaron sobre casos de enfermedades causadas por este material, junto con Israel, Italia, España, Estados Unidos, China y Bélgica. El “nuevo amianto” es el nombre con el que se ha comenzado a apodarse dicho compuesto, por todos los afectados que están surgiendo y que van a continuar saliendo.
Dónde se han visto estos casos de silicosis provocadas por las encimeras de piedra artificial
Estos casos de silicosis, se han en empresas tanto españolas, como italianas o israelitas, tales como Cosentino, Caesartone o Santa Margherita. No obstante, el mayor de estos problemas viene de la mano de pequeñas empresas de marmolería que trabajaban con este material sin las medidas de seguridad y protección correctas. Por ello, Cosentino, afirma y defiende que su material es seguro para las encimeras de cocina y baños si se usan la protección correcta, aunque en su empresa se detectaron 194 casos en los últimos años (95 entre 2019 y 2021) y al menos 1.856 trabajadores han contraído esta enfermedad en España, por silicosis. Fue en 2023, cuando la compañía española, con sede en Cantoria (Almería), tuvo que indemnizar a 5 trabajadores de una empresa instaladora de encimeras en Vigo, con 1,1 millones de euros, y quedando absuelta en otro juicio en Bilbao por casos similares.
Ahora, Reino Unido, también ha notificado algunos casos de silicosis en trabajadores del mismo tipo de empresas pequeñas de menos de 10 empleados, cuya actividad es la piedra artificial. Y es que más del 90% del material es sílice, lo que ha provocado, en británicos de una media de 34 años, problemas asociados, tales como trasplante de pulmón, enfermedades autoinmunes o infección pulmonar.
En California (Los Ángeles), también se dieron casos de empleados que trabajaban con estos bloques de piedra, y donde respiraban sílice al cortar y amoldar dicho material a las encimeras de cocinas y baños. Todas estas empresas, también trabajaban sin apenas protección, como una simple mascarilla de papel. Por tanto, tras diversos estudios en Reino Unido, y años más tarde, tras los primeros casos en España allá por 2020, ahora quieren prohibirlo como ya ha hecho Australia.
De quién es la culpa de toda esta epidemia de la silicosis causada en la fabricación de encimeras de cocina y baños con piedra artificial
Los investigadores creen que prohibir este material en toda Europa es una medida proporcionada y de protección de todos los trabajadores del mundo entero, a modo prevención. Además, desde Cosentino, se ha reducido el contenido de sílice cristalina por debajo del 40% en toda su producción, de hecho afirma que dicho material actualmente, no tiene nada que ver con el que ha causado la enfermedad, que es de hace 15 o 20 años”, insisten. Ahora bien, no niegan que el sílice, cause problemas de salud.
Por tanto, en la otra cara de la moneda existen otras conclusiones en cuanto a estas encimeras de piedra artificial. Lo cierto es que la culpa de tanta enfermedad por silicosis, es de todas las partes que rodean a este negocio y material. Así, desde las asociaciones de afectados, se habla de las siguientes situaciones que han hecho más que aumentar los casos:
- Cosentino por no dar una información desde el minuto uno del peligro de este producto.
- Las pequeñas empresas de marmolería por la falta de preocupación y protección.
- Los servicios de riesgos laborales por mirar para otro lado.
- Inspección de Trabajo por no revisar todas las partes de los negocios.
- Juzgados de lo Social por su gran demanda que tienen tiempo de espera hasta 2029 para algunos afectados.
Aun así, Paco Torrico, presidente de la Asociación de Perjudicados por la Silicosis de Andalucía (APSA), no considera que la prohibición sea lo correcto, ya que el producto final no es malo ni peligroso para el usuario. El problema es la forma de trabajarlo, y es un sector que, en Andalucía y norte de España, ofrece una gran oferta de empleo.
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