En las redes sociales se ha desatado una gran controversia tras la denuncia de dos jóvenes sobre su experiencia laboral en un restaurante de próxima apertura, gestionado por cuatro conocidos «foodies» de Instagram y TikTok. Las jóvenes afirman haber sido contratadas para limpiar a fondo el local durante ocho horas, recibiendo solo 50 euros en negro, y fueron despedidas al día siguiente sin previo aviso.
Una de las afectadas compartió su experiencia a través de mensajes en redes sociales, que rápidamente se volvieron virales: “Nos dijeron que contaban con nosotras, pero un día antes de comenzar oficialmente nos informaron que ya no nos necesitaban. Habíamos rechazado otras ofertas de trabajo por este puesto” explicó en su denuncia pública.
El mensaje también destacó la incongruencia entre la actitud de los influencers en sus redes sociales y su comportamiento como empleadores: “Me habéis dicho esto porque no tengo experiencia, pero de eso ya estabais avisados cuando me hicisteis la entrevista… si queríais gente con experiencia sí o sí, no haberme confirmado el puesto sabiendo que yo no la tengo.”
Este incidente ha generado una ola de indignación entre los usuarios de las redes sociales, que critican la falta de profesionalismo y ética laboral de los influencers responsables. Muchos señalan que, a pesar de su fama en calificar la calidad de la comida, estos influencers parecen no aplicar los mismos estándares a las condiciones laborales en su propio establecimiento.
La cuenta de Twitter “Soy Camarero” fue una de las primeras en difundir el mensaje, generando aún más atención y discusión en la plataforma. Conocida por denunciar injusticias laborales en el sector de la hostelería, Soy Camarero ha jugado un papel fundamental en visibilizar esta situación y ponerla en el centro del debate público.
El debate se ha ampliado, con numerosos usuarios destacando la necesidad de prestar atención no solo a la calidad de la comida en los restaurantes, sino también a las condiciones de trabajo que estos ofrecen a sus empleados.
Hasta el momento, los responsables del restaurante de próxima apertura, no han emitido un comunicado oficial al respecto, y la situación sigue generando discusión en la comunidad online. La controversia pone de manifiesto la importancia de la transparencia y la justicia laboral, especialmente en un sector tan visible y criticado como el de la restauración.
Esta situación también abre un debate más amplio sobre las prácticas laborales en la industria de la hospitalidad y la responsabilidad de los influencers que, al convertirse en empresarios, deben asumir nuevas obligaciones y comportarse de acuerdo a estándares profesionales adecuados.
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